Desaparecen el fideicomiso para atención del cambio climático
El autor es Ingeniero Bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias por el Tecnológico de Monterrey.
Con 65 votos a favor de Morena y sus “aliados” y 51 en contra, el Senado de la República avaló la extinción de 109 fideicomisos, en una sede alterna a las instalaciones del Senado.
La decisión fue tomada bajo el argumento de eliminar la corrupción en el manejo de estos recursos, sin haber revisado previamente la situación particular de cada uno.
Para el caso del Fondo para el Cambio Climático, su manejo era sometido a auditorías trimestrales para revisar su gestión a través de Nacional Financiera, el ente fiduciario.
A su vez, el Fondo contaba con un Comité Técnico, encargado de la toma de decisiones, presidido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y conformado por otras secretarías y órganos de Gobierno.
El decreto aprobado por Diputados y Senadores, indica que desaparezca el fideicomiso, pero los recursos para la atención del cambio climático sigan operando bajo procedimientos que definirá la Semarnat.
La ambigüedad de dicho decreto no permite conocer cuál será el manejo, la gobernanza y los mecanismos de transparencia bajo los cuales se llevará a cabo la operación.
Sandra Guzmán, coordinadora de la Agenda Internacional del Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (Gflac) menciona que “si bien el Fondo para el Cambio Climático requería ser fortalecido para incrementar los recursos que lo alimentaban, su eliminación es parte del desmantelamiento del aparato público que se ha creado para atender problemas como el cambio climático, que no son prioridad para este Gobierno”.
La atención del cambio climático debe ser vista transversalmente porque tiene repercusiones en el sector económico, social y ambiental.
Al carecer de este fideicomiso, ya no se cuenta con una entidad que gestione los recursos presupuestales y los recursos internacionales de manera transparente, como lo hizo Nafin.
Además, se reduce la posibilidad de conectar el impuesto al carbono y los recursos generados por el Sistema de Comercio de Emisiones en su fase operativa.
Es una realidad que para la actual administración federal, la crisis climática resulta un tema secundario, muestra de ello es la asignación en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2021, donde se contempla sólo el 1.1% de los recursos para atención del cambio climático.
De modo contrario, el 11.6% del PPEF será destinado a explotación de combustibles fósiles, una de las principales causantes del calentamiento global.
Al carecer del Fondo para el Cambio Climático, se agrava el acceso a recursos destinados para tal fin, y se corre el riesgo de que los recursos que lleguen sean gestionados de manera arbitraria y poco transparente.
Los integrantes del movimiento ‘Fridays For Future en México’ manifestaron que “hoy las juventudes mexicanas estamos profundamente decepcionadas y molestas ante cómo han jugado con nuestro futuro.
Tomaron decisiones sin diálogo, de madrugada y en otros edificios bajo resguardo, con la excusa de un mal manejo de los recursos pero, ¿saben dónde hay más dinero y corrupción?, en Pemex, en Dos Bocas, en el Tren (no) Maya y los demás megaproyectos que ponen en riesgo todos los medios de subsistencia, dejándonos un futuro incierto a las presentes y futuras generaciones”.
En conclusión, la desaparición del Fondo para el Cambio Climático es una medida arbitraria y regresiva; resta operatividad a las políticas de adaptación y mitigación para hacer frente a la emergencia climática en el país; atenta contra los derechos humanos al medio ambiente y la salud, y nos aleja de las metas internacionales comprometidas en el Acuerdo de París.
El autor es Ingeniero Bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias por el Tecnológico de Monterrey.
Tiene una especialidad en Desarrollo Sostenible. G
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