Dejemos de hacerlo

La autora es profesora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte.

El 6 de noviembre la Organización de las Naciones Unidas lanzó en México la campaña “Dejemos de hacerlo”, la cual tiene como objetivo prevenir y combatir el acoso a mujeres.

Lo interesante de la iniciativa es que busca hacer visible un problema que culturalmente hemos normalizado.

El hecho de que una mujer camine por la calle y reciba chiflidos, comentarios y miradas lascivas es un asunto rutinario.

En ese sentido no debe resultar extraño que el 75% de las mujeres en México se sientan inseguras en la calle y transporte público.

(Según datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2019).

Entender que el espacio público nos pertenece a todos los ciudadanos y merecemos sentirnos seguros en cualquier lugar es una de las primeras metas a lograr.

Hay que hacer hincapié que al hablar del espacio público se refiere a las calles, los bares, las escuelas, las iglesias, los centros de trabajo y el espacio virtual, incluidas las redes sociales y blogs.

“Dejemos de hacerlo” nos invita a reflexionar que el acoso puede manifestarse de muchas maneras, desde silbidos y miradas, hasta arrimones, tocamientos, fotografías tomadas sin consentimiento, espionaje, etcétera.

Es una campaña de hombres para hombres, por lo que se espera que se pueda tener un mayor impacto ya que la información es presentada por los varones, quienes regularmente son los acosadores.

Reflexionando en relación con esta iniciativa, considero que es muy importante que repensemos la forma en que estamos educando a nuestros hijos e hijas.

La base de la convivencia armónica en una sociedad es la formación que pueden tener los niños a través de sus tutores.

No basta con educar a las niñas en temas de igualdad, también se requiere formar a los niños en torno a las nuevas masculinidades.

Es importante que los hombres entiendan que ser fuertes no es sinónimo de ser violentos, y que los derechos con los que cuentan son los mismos que debemos gozar las mujeres.

“Dejemos ir al macho que todos llevamos dentro. No lo necesitamos”, es una de las frases más poderosas de esta propuesta que busca hacer conciencia en la ciudadanía de que es momento que dejemos ir la cultura machista que por siglos ha predominado en México.

Que los hombres entiendan desde pequeños que pueden llorar, cocinar y bailar, es parte de la forma en que tenemos que educar en el presente.

Necesitamos formar seres humanos respetuosos, tolerantes y empáticos, sin importar su sexo.

 

Paula Takashima Aguilar.

La autora es profesora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte.

Directora de Agrupación George Papanicolaou Hermosillo. Twitter: @PaulaTakashima