¿Debo terminar con la toma nocturna de biberón?
El autor es odontopediatra por la UANL.
Los padres se pueden llegar a sentir mal o con la necesidad de prolongar el uso de biberón de los pequeños, en especial en aquellos de 2 o 3 años de edad, convirtiéndolo más en un ritual o un hábito que muchas veces no es algo positivo para el niño.
Si tu niño te reclama por leche durante las noches no es precisamente porque tenga hambre, a esta edad él ya se encuentra preparado para pasar por un ayuno que durará toda la noche, inclusive, él necesita que descanse su sistema digestivo, en ocasiones, el uso del biberón por las noches en lugar de traer un beneficio pudiera llegar a perjudicarle en su salud.
Este hábito hace que llegue a conciliar el sueño, en este caso, solucionando un problema para él, con la comida, permitiendo mantener ese habito que después lo convertirá en un alivio para el estrés, el miedo, la tristeza, etcétera.
El comer de más o en exceso en repetidas ocasiones nos expone a sufrir de sobrepeso, debemos mantenernos en un horario establecido para el consumo de los alimentos.
Cuando se bebe mucho líquido por las noches se llega a complicar el control de la micción nocturna que se logra alrededor de la edad de los 3 ó 4 años.
Si el niño toma biberón durante la madruga, al momento de despertar no tendrá apetito cuando le toque tomar su primera comida del día, el desayuno.
Y algo sumamente común, en lo que me gusta hacer hincapié, es el consumo de leche o algún otro líquido azucarado durante las noches con la intención de llegar a dormir, que también se da después de la limpieza de los dientes. Esto es sumamente agresivo para los dientes, ya que los tenemos desprotegidos, sin la acción de la saliva que pase entre nuestros dientes, y este líquido que se mantiene por tiempo prolongado sobre ellos, los debilita provocando manchas blancas que después se convertirán en caries dental en forma de hoyos en sus pequeños dientes.
Recomiendo comenzar a disminuir la ingesta de azúcares en las bebidas, mezclando los líquidos con agua, ya sea leche, jugos, etcétera, para después retirarla por completo eliminando este hábito dañino, y tú ¿cómo planeas eliminar este hábito nocivo? Nos leemos pronto.
El autor es odontopediatra por la UANL
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