Crisis de sentido en tiempos de pandemia
La autora es Licenciada en Psicología por la Universidad de Villa Clara, Cuba
Durante el siglo XXI hemos vivido años sumamente difíciles, vivimos en un mundo cada vez más cambiante, dinámico, fugaz, de fuertes, rápidos e inminentes cambios como consecuencia de múltiples fenómenos globales. Así como evolucionan el mundo y las sociedades, también evolucionan sus actores sociales, quienes se encuentran bajo el impacto de estas transformaciones, y por ende, se adecúan o desadaptan, se inventan y reinventan constantemente.
En esta época se hacen evidentes las crisis de sentido de forma masiva y éstas han llegado a convertirse en un problema social generalizado. El ser humano siente un vacío interior, un sentimiento de falta de sentido, este vacío existencial es una nueva manera de padecer en nuestro tiempo y afecta a diferentes sujetos y colectivos humanos.
Esta tendencia generalizada de falta de sentido en la actualidad es en gran medida consecuencia de los efectos del Covid-19, pandemia que apareció de manera inesperada, para la cual no estábamos preparados y que ha sacudido al mundo, presentando la mayor crisis sanitaria y económica de los últimos tiempos, crisis que quedará para la historia.
El principal impacto que ha traído consigo lo constituyen las pérdidas de vidas humanas, con más de 2 millones de muertes a nivel mundial, lo cual representa un gran impacto para la humanidad.
El temor al contagio, a enfermar, a morir, el riesgo que este virus representa para la salud, para nuestras propias vidas y la de nuestros seres queridos, así como la certeza de que no existe un tratamiento 100% efectivo o el difícil acceso éste, presenta estados de preocupación, miedos, y también se manifiestan ansiedades por el aislamiento.
Se vivencia además una profunda inseguridad e incertidumbre al sentirse en una encrucijada a la hora de tomar una decisión entre salir a trabajar o quedarse en casa, o más precisamente, asumir un sacrificio: prevenir el hambre o prevenir el contagio, ambas con implicaciones para la salud.
Peor aún para aquéllos que no han tenido el privilegio de poder decidir porque han quedado desempleados, también para estudiantes recién egresados, quienes no han tenido la oportunidad de obtener un empleo digno dadas las deficientes vacantes y el recrudecimiento de las políticas y procesos burocráticos de reclutamiento y selección de personal en el ámbito laboral.
Todos y todas hemos tenido que cambiar nuestros estilos de vida, reorganizar nuestras rutinas, adecuarnos y adaptarnos a las nuevas circunstancias, replantear nuestros planes, metas y proyectos de vida.
La impaciencia por el presente y la incertidumbre por el futuro es la situación real en la cual estamos viviendo, impacta fuertemente todos nuestros ámbitos de existencia, y nos conduce a un estado profundo de resignificación para darle un nuevo sentido a nuestro presente y a nuestro futuro.
En épocas difíciles pueden aparecer crisis de sentido en algunas áreas de la vida, como en la profesional y social, pero incluso en estos períodos críticos, otras áreas permanecen bajo la influencia de antiguos y habituales sentidos, y es posible encontrar protección contra las crisis, en otras áreas como por ejemplo prestando mayor atención al hogar y fortaleciendo nuestros lazos familiares
La autora es Licenciada en Psicología por la Universidad de Villa Clara, Cuba.
Maestra en Ciencias Sociales por la Universidad de Sonora