Cierra los ojos

El autor es Maestro en Educación y profesionista independiente.

Según la ciencia, la duración promedio del parpadeo de un ojo humano es de 3 décimas de segundo. Es una función ocular muy rápida; pero no se confíe tanto de la velocidad porque, aunque no lo parezca, esa ínfima cantidad de tiempo es suficiente para que ocurra una desgracia.

De hecho, cuando decimos que algo pasó “en un abrir y cerrar de ojos” se hace referencia a la velocidad de un suceso, pero gracias a Einstein hoy sabemos que la velocidad y el tiempo son relativos y dependen mucho del observador. Si no me cree, imagínese haciendo fila para recibir atención médica en el IMSS; el tiempo se hace más lento —como cuando uno se aproxima a

la velocidad de la luz— y por regular espera de tres horas, le parecerá eterna.

De igual manera, cuando se viaja a la velocidad de la luz, esas tres décimas de segundo representan un recorrido de ¡90,000 kilómetros! Y si todo esto puede suceder en un parpadeo, imagínese lo que pudiera pasar si se distrae por tres largos segundos para atender el teléfono mientras conduce su auto.

Las estadísticas mundiales sobre este tema son impactantes: La Organización Mundial de la Salud dice que cada año se incrementa el número de conductores en el mundo que usan celulares

mientras conducen —del 1 al 10 por ciento en los últimos 5 años—, y es la razón de que tres de cada 10 muertos en accidentes de tránsito sean producto de la distracción con el celular.

Y si todo esto puede pasar con tres segundos de distracción, ¿Qué pasaría si simplemente cerráramos los ojos? Mi amigo José dice que es mejor cerrar los ojos porque así no sientes nada. Eso quizá funcione por un momento, pero está muy lejos de ser lo mas apropiado; al final de cuentas terminará por afectarte.

Es imposible cerrar los ojos ante la persona que tira basura en un arroyo, o ante el que construye sin permisos y afecta a terceros con la obra, o ante quien abusa del indefenso, o simplemente ante la ausencia del estado de derecho.

No se puede cerrar los ojos a la realidad. Muchos cierran los ojos por comodidad y otros por indeferencia. ¿¡Mientras que no nos afecte directamente, dejemos que el mundo ruede!?

No olvidemos que la sociedad es un todo, una unidad. Lo que suceda en alguna parte terminará por afectar al todo. Así ha sido desde siempre en la historia de la humanidad.

La cuestión es si habrá más personas que preferirán cerrar los ojos para no darse cuenta de lo que está sucediendo; ya muchos llevan dos años con los ojos cerrados. Cuando queramos abrirlos, la desgracia ya habrá pasado y tendremos que vivir con ello.

El autor es Maestro en Educación y profesionista independiente.

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