China como un sueño (II)
El autor de esta columna es empresario independiente, Licenciado en Administración de Empresas, con maestría en Negocios Internacionales.
Gracias a mis amigos que me han alentado a seguir escribiendo, ha sido un reto para mí el tratar de expresar mis ideas de forma clara y sobre todo establecer temas de interés para el lector y llegar a una reciprocidad de ideas que la verdad me enriquece de sobremanera, y en honor a ustedes y sus comentarios es que me atrevo a seguir con un segundo episodio de las importaciones de Asia; trataré de ser lo más claro posible para que si te animas a explorar este fascinante ámbito de las importaciones lo hagas de la forma más práctica y con los mejores resultados posibles, aunque la fórmula perfecta en todos sentidos no existe, siempre hay variables a tomar en cuenta y de veras, estar cerca de un experto o alguien con experiencia para que te guíe, pero dejemos ya la palabrería y vamos al grano.
Empecemos por describir un poco de China, país lejano de México, donde si no tenemos retrasos de vuelo llegaremos en 11 horas aproximadamente, sorprendente su arquitectura moderna y antigua, su cultura, su gente educada y cortés, sus carreteras impecables y su orden te invita a imaginar que algún día tendremos lo mismo que ellos, aunque ahorita se ve lejano; China tiene una economía principalmente dedicada a la exportación y no al mercado interno (propio), sorpresas te das cuando pensamos que con unos pocos dólares llenaremos las maletas en china de ropa, calzado, electrónicos, collares y cuanta cosa vemos a precios muy bajos en nuestro país, pero, ¡oh! sorpresa, la verdad mis ojos quedaron más abiertos que el emoji que utilizan los jóvenes ahora para la sorpresa, espero todos sepan cuál es, pero para vender al mercado interno hay un impuesto de un 40% sobre su valor, lo que lo hace ya no atractivo para el visitante a excepción de las réplicas que se pueden encontrar y que, con la destreza del regateo, lo puedes llevar a buen precio, por eso vemos a tanto asiático en Estados Unidos (Los Ángeles, CA) con tremendas maletas de su ropa y su calzado, ya que sale mucho más barato comprar en ese País que en el suyo propio.
Cuando comprendemos esta forma de comercializar vemos su grandeza de no hacer guerra de precios entre sí, en un mercado interno que es muy pequeño, mejor lanzar mi producto al mundo entero y crecer de manera exponencial sin tener que pelear con el amigo y dueño de la fábrica ubicada del otro lado de la calle.
Pero qué negocio podemos hacer y cómo nuestra parte preguntarnos más que nada qué hago actualmente, qué me gusta hacer o qué me gustaría hacer y de ahí empezar a localizar productos o servicios que nos catapulten a otro nivel, es difícil recomendar qué traer, pero sí es fácil decirles cómo hacerlo, así que manos a la obra y a pensar un poco.
Y por favor cuando se trate de sus sueños y objetivo de vida traten de eliminar la “O” y usar más la “Y”.
El autor de esta columna es empresario independiente, Licenciado en Administración de Empresas, con maestría en Negocios Internacionales.
fsgalvez@prodigy.net.mx