Campañas de publicidad política eficaces
El autor es publicitario miembro de Aspac.
Se va escuchando cada vez más fuerte el rumor de las próximas elecciones.
Según algunos analistas las cosas ya no serán igual.
Ya nos preguntamos cuál será la promesa en las campañas publicitarias que veremos, qué argumentos buscarán el acercamiento de los públicos de su interés.
La comunicación juega un papel muy importante en la propagación y cultivo de ideas.
Hemos vivido casos de manejos publicitarios a través de expertos en el arte publicitario.
También hemos vivido casos de “me lo cocino yo solo”.
Ha habido resultados de una y de otra medida.
Esta nueva normalidad propone muchos elementos al juego.
Es una época de mayor creatividad y de cambios profundos con posibilidades insospechadas e inquietantes.
El efecto post pandemia es un fenómeno de Psicología de masas que hay que estudiar, entender y tratar con especial sensibilidad y conciencia estratégica.
¿Cuál es el mindset que trae la gente y con el cuál debemos empatizar?
¿Cuál es el insight que podemos leer en la gente con respecto a la administración política de nuestro Estado?
¿Cómo comunicamos efectivamente con ese votante cada vez más autónomo, exigente e impredecible? ¿qué puede hacer un buen publicista para tener éxito en su campaña de propaganda política?
Hay que hacer dos cosas.
Quitar lo que nos estorba para alcanzar el éxito en la comunicación efectiva y construir una correcta, comunicación con nuestro público.
Y para quitar lo que nos estorba es necesario contestar con un gran NO a las siguientes preguntas.
Ellas representan un viejo quehacer publicitario instalado en la deficiencia teórica y la carencia de racionalidad.
¿Basta con saturar de espacios en todos los medios posibles?
¿Basta con una buena foto y unas siglas muy llamativas?
¿Basta con un slogan muy creativo y singular?
La respuesta es NO, no basta con eso para construir el éxito en la comunicación publicitaria.
Para hacer un buen anuncio, hay que saber comunicar.
Hay que asegurar la cantidad suficiente de exposición del público meta al mensaje; hay que asegurar que al público le atraiga y le haga sentido el mensaje; y hay que asegurar que el mensaje provoque en el público la reacción esperada.
Y hay cosas que no se obtienen del razonamiento de la persona, sino de la lectura de sus emociones.
Ya en la acción, hay que abandonar “el mero gusto y el se me hace que”, y ponerse a trabajar con los cinco sentidos.
Debemos ordenar nuestra información.
Qué plan de acción vamos a seguir para sembrar las ideas correctas en la percepción de la gente, emocionales e intelectuales. (Estrategia publicitaria).
A quiénes es conveniente dirigirla por ser multiplicadores sociales. (Público objetivo).
Qué medios convendrá utilizar porque nos den mejor exposición y repetición (Mezcla de medios).
Qué es lo que diremos como esencia de la visión promisoria, del futuro deseado (Plataforma política).
Cómo diremos lo que hay que decir para que se entienda y se sienta lo que se ha de entender y sentir (Línea creativa).
No es asunto de la creatividad la alineación de expectativas de la gente con los atributos del proyecto, esto es tema del razonamiento estratégico.
No es asunto de la creatividad la selección de medios, esto es del conocimiento de las herramientas del marketing.
No es asunto de la creatividad la estrategia publicitaria, esto es de la inteligencia y de la experiencia.
Nuestras empresas no las rige la ocurrencia momentánea ni el ingenio instantáneo, sino la experiencia y el conocimiento comprobado.
¿Por qué la de un proyecto trascendente tendría que ser de otra manera?
El autor es publicitario miembro de Aspac.
Por un México bueno, culto, rico y justo.
direccion@leonmayoral.com