Amor es…
El autor es L.R.I., profesionista independiente, analista político, consultor en MKT y especialista en asunto migratorios.
Frase seguramente conocida por muchos de ustedes: ‘Chavorucos’.
Viene a colación por el pasado 14 de febrero y fue famosa entre la juventud de la época de los años 70, pues por medio de lo que hoy se le conoce como memes y que bien pudiéramos decir que fue el precursor de éstos, se expresaba mediante una imagen donde salía una simpática pareja caricaturizada y semidesnuda o desnuda, mas no grotesca que, adicionado a un texto, mostraban el significado del amor de manera muy humana y respetuosa.
En esas imágenes podíamos leer frases como:
Amor es... llevar los niños al parque en lo que mamá descansa… disfrutar los momentos felices de la vida… superar juntos cualquier obstáculo… despertarle para contarle una pesadilla... tomarse de la mano después de varios años de casados… comenzar un nuevo día con una sonrisa… desear pasar más tiempo con él/ella…
El amor no puede definirse en una o varias palabras, y es amorfo.
Se conceptualiza y define en sí mismo.
Lo conocemos a través o por medio de sus multivariadas formas, expresiones y significados que no hacen más que expresar un aspecto o faceta de éste.
Y es que el amor se demuestra con acciones y no con palabrerías llenas de intenciones.
Pues las palabras podrán enamorar, pero éstas se desvanecen si carecen de manifestaciones.
El amor nace y se alimenta de pequeños detalles como toda obra que se compone de pequeños elementos, que en su conjunto muestran su magnificencia inconmensurable.
El amor ha de alimentarse por la grandeza de los pequeños detalles y, entre otras cosas, muere a falta de ellos.
Si bien es cierto que no todas las personas expresan sus sentimientos de la misma manera y como quisiéramos; también es menester que hay que comprender e identificar cómo nuestros seres amados lo expresan.
Vale más el amor demostrado con hechos, que la bola de palabras dichas, por muy románticas y melosas y hasta eróticas, que éstas sean.
El carácter y la personalidad del ser humano son distintas entre sí aunque con rasgos y manifestaciones comunes.
Habrá quien nunca nos diga un ‘buenos días’, pero con sus atenciones, detalles y acciones nos muestra la grandeza de su amor y la fortaleza de su decisión amorosa.
El quid del asunto es conocerse, comprenderse, sincerarse e identificar el punto de equilibrio inamovible del uno para el otro.
La fortaleza de la relación, entre otras cosas, estriba en la comunicación, el respeto, la comprensión, confianza y entrega.
El amor no sólo se dice, sino que se sustenta con hechos.
El amor es un sentimiento mágico entre dos almas y bendecido de origen por el creador: Dios.
El autor es L.R.I., profesionista independiente, analista político, consultor en MKT y especialista en asunto migratorios.
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Red social: Julio Ibarrola Suárez