A dónde iremos de vacaciones
El autor es Ingeniero Químico con Maestría en Dirección de Organizaciones.
La negociación en el ámbito de la familia, es un evento de todos los días y entre todos los integrantes, sobre todo entre marido y mujer, debido a las decisiones que se tienen que tomar diariamente para asegurar el buen rumbo de la nave familiar, los problemas son varios, de diversa índole y se complican en la medida que los descendientes aumentan y crecen.
La negociación familiar es un proceso en el que las partes de la familia se ponen de acuerdo, es uno de los medios de conseguir aquello que deseamos o de aceptar lo que la mayoría quiere, en una comunicación diseñada para ganar o aceptar un acuerdo.
En una familia funcional, negociamos cuando tenemos intereses en conflicto, pero también cuando tenemos una zona de conveniencia mutua, donde las diferencias pueden resolverse, en una situación de adicciones o maltrato es mate- ria de especialistas.
La Unicef ha detectado que las principales causas de conflicto familiar funcional se dan sobre:
- Discusiones en la relación de pareja: sexualidad, crianza de los hijos, tareas domésticas, decisiones de dinero.
- Dificultad de conciliar la vida laboral y la familiar, especialmente en el caso de las mujeres.
- Cuando las mujeres ganan más que los hombres.
- Abandono de los adolescentes o de las personas mayores.
- Reclamos por apoyo emocional y la necesidad de respeto por la privacidad.
En la familia toda negociación es un intento de dominio, en donde cada uno pretende satisfacer sus intereses, en teoría, dentro de un acuerdo satisfactorio para todos.
Se produce entre personas que son interdependientes, está orientada a conseguir resultados y tiene consecuencias en las relaciones.
Se requiere que al menos una de las partes, tenga la suficiente inteligencia para manejar el conflicto y evitar que se desborde en una explosión de emociones que no permita ver los problemas con objetividad y no conduzca a algo positivo.
En general, es más fácil, eficaz y productivo cuando se trabaja en un trato de ganar-ganar, que cuando se compite por ganar a toda costa.
La discrepancia de puntos de vista, intereses y objetivos en la familia es lo más normal e ineludible, a veces cuando la negociación pasa desapercibida, es una muy buena señal de que hay comprensión entre las partes.
Las buenas relaciones no se basan sólo en las similitudes, sino también en el aprendizaje derivado de las discrepancias, sobre todo si se percibe como una circunstancia natural, que contiene parte de diferencia y parte de oportunidad, en estos casos buscamos el entendimiento y la negociación.
Si la situación es irrelevante para nosotros pero no lo es para la el otro, podemos aceptarla como signo de concesión para quedar bien, sin sacrificar algún interés.
Cuando, consciente o inconscientemente, buscamos un acuerdo abrimos nuestra mente a la posible influencia del otro intentando entenderlo y aprovechar su punto de vista, ofrecemos nuestra forma de pensar, es decir intentamos aumentar las similitudes y buscar compartir una visión común.
No debemos tratar de resolver la discusión en el momento en que los ánimos están exaltados, por que no se puede razonar cabalmente en esta situación, es preferible dejar pasar un tiempo suficiente o dejarlo para otro día y después de reflexionar cuidadosamente, volver al tema, si vale la pena.
Es importante conservar la calma, evitar descalificaciones, insultos y violencia de cualquier tipo y recurrir a los lazos afectivos que los unen, el amor que siempre debe prevalecer y saber perdonar y pedir perdón, elementos que van a ayudar a salir adelante.
El autor es Ingeniero Químico con Maestría en Dirección de Organizaciones.
Consultor Empresarial Financiero.
Asociado a Pontifex S.C. Financieros.
manuel_agraz@prodigy.net.