Fernando de la Mora, el gran tenor mexicano que brilla en el Festival de Alfonso Ortiz Tirado

El tenor mexicano Fernando de la Mora destacó la importancia que la elaboración de este evento significa para seguir promoviendo la cultura y los géneros musicales menos tradicionales.

HERMOSILLO, SON.- Luego de inaugurar el Festival Alfonso Ortiz Tirado en la “Noche de Gala” al lado de la Orquesta Filarmónica de Sonora, el tenor mexicano Fernando de la Mora destacó la importancia que la elaboración de este evento significa para seguir promoviendo la cultura y los géneros musicales menos tradicionales.

“La definición de Cultura no existe, tienes que creártela. Para mí es todo aquello que trata de la excelencia del ser humano al servicio de los demás. Y creo que Álamos es un gran representante de eso, sobre todo que ha hecho incapié en la excelencia de la voz humana", señaló.

El tenor originario de Ciudad de México se ha presentado en los escenarios más importantes del mundo, tales como el Metropolitan Opera en Nueva York, Opera de Viena, Barcelona, Moscú, Berlín, Milán, Corea, y muchos más, haciendo de Álamos y del FAOT su segundo hogar.

“Ya no me acuerdo si es la cuarta o la quinta vez que vengo. Siempre he estado feliz de estar aquí, sorprendido siempre, cada vez, de lo mejorado que está Álamos, más amplio, más inversión, y eso habla muy bien de su gente y de la gente de Sonora, de los mexicanos, que tenemos un pueblo mágico de esta calidad, y con todas las características culturales", destacó.

Fernando de la Mora también aprovechó la ocasión para resaltar los talentos del tenor sonorense Arturo Chacón y del veracruzano Javier Camarena, posicionando al género operístico del estado y del país como uno de los más importantes a nivel mundial.

“Hace poco más de una década todavía no había un tenor sonorense de calidad mundial, y ahora lo tienen con Arturo Chacón, que es un tenorazaso, yo soy su fan número uno. La verdad qué privilegio haberlo visto crecer como artista. Tenemos también a un Javier Camarena, que viene a cerrar el festival, y le dan la medalla Ortiz Tirado, que nos la han dado a varios artistas mexicanos, incluyéndome, ahí la verdad estoy muy orgulloso de recibirla y de llevarla con honor".

Con más de mil 700 presentaciones alrededor del mundo, Fernando de la Mora ha compartido escenario con grandes de la ópera contemporánea como Edita Gruberová, Young Ok Shin, Leo Nucci, Plácido Domingo, Luciano Pavarotti, entre otros, gracias a su calidad interpretativa y a los altos registros que alcanza, colocándolo como uno de los mejores intérpretes del género a nivel mundial, así como uno de los mayores exponentes de la música mexicana.

Sin embargo, el tenor cree que aún hay camino por recorrer, tanto en descubrimiento de canciones, como al acercamiento de géneros menos tradicionales con el público de masas.

"Soy un fanático de andar buscando canciones raras, canciones bonitas, canciones que me acaricien el alma, y les he dado muchas paseadas por el mundo. Hay muchos tipos de música que pueden hacer que tu espíritu se regocije. Acércate a la música clásica, al buen rock, a la buena música tropical, acércate al buen bolero, a la buena ópera. Hay tanto por descubrir y tanto que te ofrece la vida, sobre todo la excelencia del ser humano, que sería injusto quedarse con un solo estilo. Por eso lo importante de este festival, por su oferta cultural y su diversidad".

En cuanto al negocio de la música y la escena de los últimos años, Fernando de la Mora enfatizó que "está lleno de mercenarios, entonces la música que no vende se pierde, y eso es una injusticia porque significa que alguien no hizo su trabajo", haciendo el llamado a las instituciones gubernamentales para preservar esta música a través de la inversión en la misma.

“Es importante que el ser humano aspire siempre a ser mejor. Es cuestión de abrir tu espíritu y ser un poquito más inquieto en cuestión de descubrimiento, darle la oportunidad a tu espíritu de crecer, ser ambicioso de lo que está a tus manos por descubrir, la importancia enorme de la cultura es como un blindaje ante las cosas poco admirables. Te invita a las cosas que requieren de tu espíritu para brillar".