Bomberos de Guaymas, 70 años al servicio de la comunidad

En 1950, apagaban el fuego con baldes de agua y se envolvían en cobijas mojadas para protegerse de las llamas, y el humo, hasta evolucionar con los años, con mejor equipo pero el mismo espíritu de servicio.

GUAYMAS, SON.- Julián Calderón Núñez, comenzó a trabajar como bombero en febrero de 1985, y con el tiempo, se interesó en recopilar información sobre la historia del cuerpo de bomberos de Guaymas, que recientemente cumplió 70 años al servicio de la comunidad.

Cuenta para EXPRESO, cómo en los inicios de la institución, en el año de 1950, un grupo de voluntarios comandados por el señor Rafael Jiménez Rodríguez, apagaban el fuego con baldes de agua que transportaban en pick ups, mientras que los elementos se envolvían en cobijas mojadas para protegerse de las llamas, y el humo.

La necesidad de tener una estación de bomberos, se dio a raíz de que en el año de 1949 hubo un gran incendio que acabó con varios barcos camaroneros en los muelles conocidos como “La Vitamínica”, donde la misma ciudadanía se encargó de hacer lo posible por sofocar las llamas, tal y como lo habían hecho toda la vida, pues no había máquinas extintoras.

El 5 de julio de 1950, se constituyó legalmente el Cuerpo de Bomberos de Guaymas, y hoy, el único sobreviviente de aquellos fundadores es Don Raúl Salgado Mata, quien el mes pasado recibió un reconocimiento por parte del Ayuntamiento de Guaymas.

Foto: Cortesía

Don Raúl comenzó como oficial de investigación, porque él había entrado a la policía y lo tenían en barandilla, Guaymas no era un lugar tantos problemas y los policías tenían tiempo de hacer más cosas, lo comisionaron como investigador en bomberos y también era secretario, porque era muy bueno para escribir a máquina, de ahí él también empezó a apagar incendios”, platica Julián.

Durante cuatro años, se les conoció como “bomberos de la cubeta”, pues con eso sofocaban los incendios, hasta que, en 1954, llegó su primer vehículo: la Máquina 1, una bombera básica en color verde limón, la cual representó un fuerte avance en la manera de prestar los servicios.

Estuvieron en Palacio Municipal, luego en la calle 23, también en la 15, donde es hoy la guardería del Issste, y en 1956 fue cuando establecieron este cuartel de la calle 14, el presidente Florencio Zaragoza les donó este edificio, y junto con Enrique Murillo Arnold, hicieron un cobertizo para dos unidades, aunque había nomás una”, dijo.

La estación sur, ubicada en la colonia Independencia, se fundó en la década del 2000, en un edificio otorgado en comodato por la Cámara Junior, y entre años de cierres y aperturas, finalmente quedó bien habilitada hace alrededor de dos años, mientras que la moderna estación norte se inauguró en el año 2015.

Patronato conformado por bomberos

Cuenta Julián que la primera ocasión en que sintieron que tenían un cuartel bien equipado, fue en 1967, con la llegada de la unidad número 2, y para el tamaño de Guaymas, con eso era suficiente, debido a que había poca industria, y el servicio de rutina era apagar las pacas de algodón que frecuentemente se encendían en los muelles.

Muchos años más tarde, entre 1998 y 2002, cuando ya había cinco máquinas y una cisterna, nos empezaron a decir: “Ahora si ya parece ahora cuerpo de Bomberos”, de ahí se siguió avanzando hasta que el Comandante Alberto Osuna Agramón quiso que el patronato lo conformara gente que hubiera sido bombero y supiera las necesidades, invitó a Miguel Ángel Torres Rubio y al contador Mario De la Cruz, tienen otros trabajos pero son bomberos y ha dado buenos resultados porque ya saben las necesidades, que hay que comprar y donde”, comentó.

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Las Cartas a Santaclós

El Comandante Gerardo León Soto, quien estuvo a cargo del cuerpo en el año de 1997, fue el pionero de las llamadas “Cartas a Santaclós”, que eran peticiones por escrito a las ciudades hermanas de Estados Unidos, y al cabo de un tiempo de enviarlas, comenzaron a recibir ayuda de San Mateo, Stockton, El Segundo y San José en California, así como de Mesa, Arizona.

Llegaba equipo, uniformes, chaquetones, bombas de aire y empezamos a tener ayuda, no hemos roto los lazos con ellos, los comandantes han salido, pero ellos siguen viendo por nosotros”, explicó.

Equipo nuevo, muy caro

Julián manifiesta que todo cuartel de bomberos siempre tendrá necesidades y es imposible estar al cien por ciento, porque salen equipos más novedosos y efectivos, además de que la compra de artículos es muy costosa, por lo que en el caso de Guaymas, en 20 años, solamente han tenido tres unidades nuevas, y el resto es de segunda mano.

Un casco vale 250 dólares, una maquina nueva, así austera, cuesta 1 millón de dólares, es muy difícil comprar eso, pero la máquina 1 llegó nueva, y en 1978, cuando estaba en el patronato el Doctor Moisés Gallegos, él trajo la Máquina 4, que costó 800 mil pesos, hizo una colecta en la que reunió 200 mil pesos y puso el resto del dinero”.

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La tercera fue la Máquina 6, que no resultó tan costosa porque la armaron en San Luis Río Colorado de acuerdo a lo que necesitaban en Guaymas. A ese tipo de vehículos les conoce como “panteritas”, y su característica es que pueden entrar por calles estrechas y resultan muy útiles en los servicios para las colonias donde hay callejones, como Montelolita, Centro y Punta Arena.

Llegan en excelentes condiciones, antes llegaban con 23 años de diferencia, después con 17 años, ya hay carros que han llegado con 12 años, ahorita tenemos una 2002 que llegó el año pasado, son muy buenas y bien conservadas”, afirmó.

En dos ocasiones (1975 y 1982), el cuartel estuvo a punto de desaparecer por falta de recursos y apoyo para mantenimiento y llegó el día en que solamente tenían siete bomberos y dos maquinistas de paga, y cuando se presentaba una emergencia, eran auxiliados por los bomberos de Empalme y posteriormente por Servicios Portuarios, que les brindó ayuda desde 1972 hasta fines de la década de 1980.

Actualmente son 51 bomberos de paga y alrededor de 25 voluntarios, y Julián considera que aun así, son pocos para Guaymas, que debería tener entre 100 y 130 bomberos, y poder tener una subestación en San Carlos, donde recientemente se conformó un pequeño grupo de voluntarios, pero depende del Ayuntamiento que se establezca un lugar formal para atender ese sector.

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