La pandemia es una experiencia desigual: incluso a la hora de comprar alcohol

A raíz de la histeria provocada por las filas para comprar bebidas embriagantes en tiendas de conveniencia, es necesario reflexionar los alcances de la pandemia en el comportamiento colectivo

HERMOSILLO, SON.- La forma en que cada persona experimenta la pandemia, es una experiencia desigual: Antonio Barragán. A raíz de la histeria provocada por largas filas para comprar bebidas embriagantes en tiendas de conveniencia, es necesario reflexionar sobre los alcances que tiene la pandemia sobre el comportamiento colectivo y los efectos sobre el individuo, indicó el sociólogo Antonio Barragán.

Este viernes 01 de mayo se presentaron largas filas donde ciudadanos de distintos sectores de la ciudad resultaron amonestados por las autoridades municipales por no guardar distancia preventiva además de que varios automovilistas fueron multados por estacionar en doble fila sobre el carril de circulación.

Por ello, Barragán, quien cursa un doctorado en Desarrollo Regional en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), aseveró que es necesario matizar entre distintos factores que llevan a los miembros de una sociedad llevar a cabo ese tipo de comportamientos.

“Son cuestiones que tienen que ver con el trabajo y con la estabilidad, por ejemplo, como dice (Zygmunt) Bauman, estamos en una ‘modernidad perdida’, que genera una sociedad de la incertidumbre; y sin duda la pandemia viene a amplificar todavía más este sentimiento de incertidumbre”, comentó.

Destacó que la forma en que cada persona experimenta la pandemia es una experiencia desigual ya que no todas personas tienen las mismas oportunidades, lo que puede traducirse en un privilegio para ciertas clases que tienen la posibilidad de quedarse en sus casas, mientras que las clases más baja, en condiciones vulnerables o que viven al día, no.

Tomar en cuenta esto es importante, pues las estrategias que ejecutamos para sobrellevar la pandemia, dependerán de varios factores, incluso con los valores que tenemos dentro de una sociedad y el establecimiento de prioridades, así como la motivación y razonamientos para llevar a cabo ciertas acciones, como hacer largas filas para comprar bebidas embriagantes.

“Son muchas variables las que impactan en la experiencia de la pandemia, la clase social, el género, la edad, la exposición al riesgo. No podemos generalizar la experiencia, porque esto está condicionado por esos factores que crean una diversidad y gama de experiencias muy desiguales".

“Además, la exacerbación del consumo nos habla de una necesidad de resarcir un ‘algo’; por eso es necesario retomar que no somos una sociedad con una adecuada cultura por la salud, y en cuanto al consumo de sustancias como el alcohol, también se requiere de cierta educación en ese sentido”, explicó.

El sociólogo de la Universidad de Sonora puntualizó que la pandemia ha venido a recordarnos la complejidad de ciertos comportamientos sociales, como el incremento en el sobreconsumo de bebidas embriagantes, mismos que tienen un trasfondo todavía más profundo que la simple necesidad de tomar y que requieren de un tratamiento más sopesado para desenmarañar concretamente,