Madre lucha por la custodia de su hija ya que su vida corre peligro

Paola Guadalupe Zaragoza Mora, de 22 años, lleva un proceso en Unacari por la custodia de su hija Nicol Edith, de 6 años, que le fue arrebatada por su abuela casi desde que nació.

HERMOSILLO, SON.- El amor de madre trasciende espacios y tiempo, en Sonora, lo hemos visto con las Madres Buscadoras de Sonora quienes salen a buscar a sus hijos por el monte, pero también, existen aquellas que luchan contra el sistema para recuperar la custodia de sus pequeños.

Tal es el caso de Paola Guadalupe Zaragoza Mora, de 22 años quien lleva un proceso en Unacari por la custodia de su hija Nicol Edith, de 6 años, que le fue arrebatada por su abuela casi desde que nació, situación que a ella le preocupa debido a que considera peligra la integridad de la nena.

Mi hija tiene seis años y se llama Nicol Edith, el caso lo traigo con la licenciada Viridiana Montijo hace ya varios meses y pues no hay respuesta, no avanza, me han hecho las pruebas necesarias hasta ahorita y todavía no hay respuesta”, señaló.

La joven madre mencionó que de acuerdo a las autoridades, ella se encuentra apta 100% para recuperar a su hija, sin embargo, no entiende por qué el atraso en el proceso, así como el hermetismo en el que se maneja la situación.

Teme por la integridad de la niña

En palabras de Paola, ella vivió situaciones violentas de todo tipo en su familia que la marcaron de por vida y por ello no considera que su niña esté a salvo en ese núcleo familiar, además de que por frases de la nena, no es difícil saber que ha sido expuesta a situaciones adultas.

El lugar donde esta mi hija ahorita, pues corre peligro su vida, estoy peleando la custodia con mi mamá y con mis hermanos, ellos no atienden debidamente a mi hija. Ya son muchos años que ella ha estado separada de mí, me urge sacarla de ahí porque temo por su vida, su integridad emocional necesito sacarla de ahí”, indicó.

La pequeña Nicol ha contado a su mamá los momentos en los que se tiene que esconder porque llegan hombres a “inyectar” a muchachas a su casa y ella se tiene que quedar “calladita” aunque tenga calor o hambre para que no la regañen.

El proceso para recuperar a la pequeña Nicol empezó en el mes de noviembre del año pasado y hasta el momento, Paola sólo la puede ver una hora los días viernes y bajo supervisión de una psicóloga.

Del proceso, ella no sabe nada, pues no tiene copia del expediente, mientras tanto, ella está estudiando tres clases distintas (ingles, belleza y una licenciatura) al norte de la entidad, todo por amor a su hija, para darle una mejor vida y salir adelante.