Grité ‘pecho tierra’ y cubrí a mis hijos

Mujer detalla momentos de tensión vividos en la balacera del pasado lunes.

HERMOSILLO, SON.- “¡Pecho tierra!, les grité a mis hijos mientras sonaban las ráfagas de armas largas; los agaché y cubrí con mi cuerpo para evitar que algo les pasara; ellos no entendieron de primer momento, después les expliqué que eran detonaciones de arma de fuego”, narró una testigo del enfrentamiento.

El sonido de los balazos duró más de un minuto, a veces ráfagas sostenidas, a veces detonaciones pausadas, fueron los segundos más largos de su vida y la de sus hijos en la colonia Miguel Hidalgo.

En cuanto cesaron los tronidos salieron algunos vecinos a medio vestir.

Ya eran las 11:56 de la noche del lunes y casi una hora antes un comando armado había incendiado una vivienda a escasos dos minutos de distancia en la colonia las Ladrilleras.

La mujer contó que salió en su vehículo a buscar el origen de las detonaciones, llamó al 9-1-1 donde le comentaron que el sonido se escuchó incluso a más de cinco calles a la redonda.

“Yo los escuché tan fuerte que se cimbraron los cristales de la ventana de mi cuarto”, dijo.

La fémina contó que le dio la vuelta a la cuadra y alcanzó a ver un par de camionetas por la calle Yécora, y agregó que se le vino a la mente el comando que viajaba en vehículos tipo pick up que había incendiado la casita de cartón momentos antes.

Al lugar llegaron varias patrullas de la Policía Municipal, no habían pasado ni cinco minutos del hecho, “si los agentes vieron las camionetas hicieron caso omiso de ellas, pues donde las había visto paradas un instante antes, ocurrió todo”, señaló la testigo.

En al menos 20 días se han registrado varios hechos violentos en los que se involucran armas largas en esa zona, donde nunca se había presentado algo así.

Otros vecinos dijeron:

“Eran camionetas, estaban alegando y luego dispararon, ‘El Chapo’ está tirado”.

Llegaron más patrullas y los agentes acordonaron, llegaron las ambulancias, eran dos y también dos los heridos.

Estaba frente a la casa número 530 de la calle Yécora, donde se veían los daños por impactos de arma de fuego y casquillos percutidos, la gente seguía llorando, el de nombre Alberto Velásquez Quintero, de 32 años, estaba tirado en el frente de su casa hablando con los paramédicos.

Mientras, su madre Cruz Quintero Zepeda, de 53 años, se detenía la mejilla derecha pues tenía un impacto de proyectil de arma de fuego.

EXP/LS/EV/MAY/2020