Aplicaciones se comen a los restaurantes

A los repartidores de aplicaciones también se les hacen retenciones del IVA e ISR en sus ingresos.

HERMOSILLO, SON.- Un reto más se sumó a los restauranteros en junio, cuando entró en vigor el cobro de impuestos a plataformas digitales, como las que hacen envíos de comida a domicilio.

Desde el 16 de marzo iniciaron los cierres de negocios para evitar contagios de coronavirus, por lo que miles de restaurantes tuvieron que adaptarse para atender a sus comensales hasta sus casas.

Las aplicaciones para pedir comida a casa, desde entonces se popularizaron, y sirvieron a los restaurantes a aprovechar un nuevo canal de venta de sus productos.

Debido a los alcances que las nuevas políticas fiscales tienen sobre estas plataformas, explica Manuel Lira Valenzuela vicepresidente en Sonora de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), “nos vino a llover sobre mojado con la pandemia”.

Más caro el caldo que las albóndigas

Según Lira Valenzuela, las aplicaciones cobraban el 30% del costo total del envío, pero agregando los impuestos aprobados por el Congreso, se paga hasta un 55% del costo total, “y no se le puede subir mucho el costo a los alimentos a domicilio entonces los negocios tuvieron que absorber este costo” explicó.

Las nuevas disposiciones federales por parte de la Secretaría de Hacienda para el cobro de impuestos a plataformas digitales, que incluyen el pago de IVA e ISR, mientras que todos los pagos incluyen el 16% de IVA, la retención del ISR varía entre 0.4 y 5.4%.

 

'Meten cuchara' a sus bolsillos

El vicepresidente de Canirac Sonora explicó que a partir de que se puso en funcionamiento la decisión tomada por el Congreso Federal, las ventas por medio de las aplicaciones se redujeron ante el alza del costo.

Dijo que se contradecían los mensajes “Te decían vas a sobrevivir vendiendo alimentos para llevar y por otro lado te gravan ese tipo de aplicaciones o de servicios”.

En vista a las ventas perdidas, contó Lira Valenzuela, algunos restaurantes se vieron en la necesidad de invertir en una moto y contratar a un repartidor, en vez de utilizar ese dinero para otras urgencias que se han tenido que postergar ante la caída de ingresos.