El Papa Francisco evita pronunciarse sobre la situación en Venezuela

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CIUDAD DE PANAMÁ.- El Papa Francisco evitó referirse a la profunda crisis política e institucional de Venezuela en los mensajes de sus dos primeras actividades públicas de este jueves durante la visita que inició ayer miércoles en Panamá.

La única referencia a Venezuela se registró antes del mediodía, en un encuentro con los obispos centroamericanos en la Iglesia de San Francisco de Asís, en el casco antiguo de la capital panameña.

Al final de su alocución se escuchó que alguien preguntó si entre los asistentes había algún obispo de Venezuela.

De inmediato, se oyó que alguna persona respondió:

“No hay”.

Según la información oficial, 480 obispos de 156 países se encuentran en Panamá con motivo de la visita del Papa.

Uno de ellos es el cardenal venezolano Baltazar Enrique Porras Cardozo, arzobispo del estado de Mérida, en el Occidente de Venezuela.

El cardenal Porras fue nombrado el 9 de julio de 2018 por Francisco como administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas.

Porras fue consagrado el 19 de noviembre de 2016 por Francisco como cardenal.

El Papa anunció su nombramiento en el ángelus del domingo 9 de octubre de 2016, en la Plaza de San Pedro, en Roma.

En este contexto, la crisis venezolana está en el entorno de la visita del papa a Panamá, sin ser parte oficial de la agenda.

El Papa llegó este miércoles en la tarde a Panamá en medio del agravamiento del conflicto en Venezuela, donde el opositor Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, juró este miércoles como presidente interino para ratificar el desconocimiento a Nicolás Maduro como gobernante.

La expectativa es que Francisco se referirá en Panamá a Venezuela.

En diversos estratos políticos latinoamericanos se advirtió en las últimas horas que así como Francisco, durante el vuelo que le llevó de Roma a Panamá, censuró con dureza las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en contra de la migración irregular, también se espera que denuncie la grave situación de la democracia en Venezuela y Nicaragua.

En su viaje hacia Panamá, el Pontífice volvió a cuestionar a Trump por su plan de levantar un muro en la frontera entre Estados Unidos y México.

“El miedo nos vuelve locos”, afirmó.

Pero el silencio del Papa sobre los presidentes de Nicaragua, Daniel Ortega, y Maduro se convirtió en Panamá en uno de los factores esenciales en los corrillos políticos y diplomáticos en torno a la visita de Francisco a esta ciudad.

En ese escenario, la pregunta acerca de si en el auditorio había algún delegado de la jerarquía católica de Venezuela generó una mayor atención política sobre las consultas que el Papa podría estar desplegando en Panamá, en absoluta discreción.

Sin éxito, el Vaticano participó a finales de 2016 como ‘facilitador’ en variadas gestiones para tratar de acercar a las partes en pugna en Venezuela—chavistas y antichavistas—con una incontrolable crisis con desabastecimiento de medicinas, alimentos y artículos de consumo básico y el reclamo opositor de que el régimen de Maduro es antidemocrático y responsable de debacle económica y social.

Los jerarcas católicos venezolanos se consolidaron en los últimos años como fuertes críticos del gobierno de Maduro.

Luego de que oyó la respuesta de que en el auditorio ‘no hay’ nadie de Venezuela, el Papa se levantó de su asiento en el púlpito y se quedó de pie para saludar, uno a uno, a los obispos y demás autoridades de la jerarquía eclesiástica de la Secretaria Episcopal de América Central (Sedac), integrado por Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y Belice.

Uno de los primeros en saludar al pontífice fue el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes Solórzano.

Casi que chocando cabeza con cabeza, para que nadie les escuchara, ambos se quedaron conversando durante varios minutos.

El Papa se acercó en diversas ocasiones al oído de Brenes, en un intercambio en el que el cardenal nicaragüense también se aproximó algunas veces al oído de Francisco.

Ambos se despidieron con emotividad.

Brenes se convirtió en pieza clave en torno a la aguda crisis política que estalló el pasado 18 de abril de Nicaragua por el masivo repudio popular en contra de Ortega y de su gobierno, en un reclamo de democracia, libertad y justicia.

Ortega rechazó reiteradamente las acusaciones de las misiones de derechos humanos de las Organizaciones de Estados Americanos (OEA) y de Naciones Unidas (ONU) de que acudió a una sangrienta represión callejera con fuerzas policiales y paramilitares para atacar las protestas opositoras, con un saldo de centenares de muertos, heridos, presos políticos y éxodo de miles de nicaragüenses al exterior.

Francisco acude en Panamá a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que empezó el martes pasado con miles de jóvenes de todo el mundo sobre los retos de las nuevas generaciones.

La visita y la JMJ terminarán el próximo domingo.

La primera actividad papal fue cerca de las 1000: horas locales (09:00 en el centro de México) en una ceremonia de bienvenida en la entrada principal del Palacio de las Garzas, sede de la Presidencia de Panamá.

Francisco realizó luego a una visita al presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, y después tuvo un encuentro con las autoridades, Cuerpo Diplomático y representantes de la sociedad en el Palacio Bolívar, sede de la cancillería de este país.

El primer discurso del Papa en Panamá fue en la cancillería y tampoco se refirió al problema de Venezuela.

Por la tarde, cerca de las 18:00 asistirá a la una actividad de acogida de la JMJ en el Campo Santa María la Antigua, conocido como la cinta costera y que es un gigantesco sector de áreas verdes y vías frente a la bahía de Panamá que fue acondicionado como enorme plazoleta para varias de las actividades del Papa y de la JMJ.

El Universal / MME 24/01/19/EV