Levantan cargos contra 55 personas por disturbios en Capitolio; uno cargaba con 11 bombas molotov

Luego de las protestas violentas que realizaron simpatizantes de Donald Trump en el Capitolio de Estados Unidos, presentaron cargos contra 55 personas.

HERMOSILLO, SON.- Luego de las protestas violentas que realizaron simpatizantes de Donald Trump en el Capitolio de Estados Unidos, presentaron cargos contra 55 personas.

Entre las que se encuentra un hombre que fue arrestado en las inmediaciones del edificio con un rifle semiautomático y con once bombas tipo molotov, informó el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.

Los otros casos incluyen cargos por entrada ilegal y asalto, señaló Michael Sherwin, el fiscal federal interino en el Distrito de Columbia, en una conferencia de prensa este jueves.

Se esperan más cargos en las próximas semanas. "Ese es un buen comienzo, pero de ningún modo es este el final", agregó Sherwin.

Lo que debía ser una sesión larga pero protocolaria de ratificación de la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones de hace un par de meses, último paso para jurar el cargo de presidente el próximo 20 de enero, se convirtió en un incendio sin control, una escena dantesca de la decadencia estadounidense, del país que cuatro años de mandato trumpista hicieron añicos.

Obnubilados por teorías de la conspiración, fanáticos del presidente, neofascistas alzados por el populismo peligroso de Trump, crearon una disrupción sin precedentes, hasta pausar el funcionamiento de la democracia.

Trump se había creado un acto de masas delante de la Casa Blanca como última demostración de fuerza y convocatoria. Decenas de miles respondieron al llamado cegador de su líder, y le hicieron caso cuando les dijo que fueran al Capitolio y, con la fuerza que fuera necesaria, pararan lo que consideran un "robo".

Con el Congreso en marcha, de repente todo quedó en pausa. Entró el servicio secreto en las cámaras para evacuarlas, mientras se rompían cristales y puertas por las que decenas de radicales entraron. Envalentonados por el presidente, vandalizaron el Congreso, se pasearon por sus pasillos casi con impunidad, ondearon banderas segregacionistas.

Su presencia desató una violencia nunca vista. Lo más parecido se remonta a principios del siglo XIX, durante la guerra que enfrentó a EU y al Reino Unido. Agentes policiales se defendieron con armas de fuego: una mujer resultó muerta por una bala disparada por una oficial del Capitolio y después la policía reportó otros tres fallecidos —dos hombres y una mujer— por emergencias médicas no detalladas.

A los hospitales fueron llevadas personas con fracturas y problemas cardiacos; muchas de ellas cayeron de balcones y paredes en su intento por entrar al Capitolio. Hay al menos medio centenar de detenidos.

La alcaldesa del Distrito de Columbia, Muriel Bowser, decretó toque de queda hasta hoy y después estado de emergencia por 15 días. "Lo que ha pasado hoy es una insurrección incitada por el presidente de Estados Unidos", criticó el senador republicano Mitt Romney. Congresistas conservadores no dudaron en calificar lo sucedido como un intento de golpe de Estado.

Pero mientras la capital ardía, Trump se mantenía en silencio. Biden salió a escena con el posado presidencial que exigía el momento. "Esto no es una protesta, es insurrección", dijo el demócrata, asegurando que lo vivido "bordeaba la sedición".

El vicepresidente Mike Pence, quien horas antes desafió a Trump señalando que no podía, como lo presionó el mandatario, revertir el resultado electoral en la sesión del Congreso, fue más firme que el mandatario en su reclamo de parara la violencia.

El expresidente George Bush dijo que lo sucedido, algo "repugnante", era más propio de una "república bananera" que de EU. "La historia recordará correctamente la violencia de hoy en el Capitolio, incitada por un presidente en el cargo que ha continuado mintiendo sin fundamento sobre el resultado de una elección", dijo el también exmandatario Barack Obama. "Pero nos estaríamos engañando si tomáramos esto como una sorpresa total", reflexionó.

Fueron detectadas tres bombas caseras (una en la sede del Partido Republicano, una en la sede del Partido Demócrata, una en el Capitolio); horas después, se confirmaba que se había encontrado una furgoneta cargada de rifles y munición y más material para crear bombas.

Trump justificó la violencia. "Esto es lo que pasa cuando una victoria sagrada es arrebatada de forma tan rabiosa de grandes patriotas que han sido tratados tan mal e injustamente", tuiteó el presidente, agradeciéndoles a esta "gente especial" su firmeza, pidiéndoles muy tarde, demasiado tarde, que se fueran a casa con "amor y paz" y con deseos que "recuerden este día para siempre".

Tuits como ese, incitando a la violencia, provocaron una acción sin precedentes: Twitter suspendió la cuenta del presidente 12 horas con la amenaza de bloquearlo para siempre; Facebook le prohibió mandar mensajes por un día. Un par de gobernadores y algunos congresistas exigieron la invocación de la enmienda 25 de la Constitución, la que inhabilita al presidente de su cargo por incapacidad para ejercerlo. Según CBS y CNN, miembros del gabinete evalúan la posibilidad de invocar la enmienda 25 de la Constitución para destituir a Trump por incapacidad para gobernar.

Otros, como la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, pedían directamente que se iniciara un proceso de destitución (impeachment).

Tras seis horas de surrealismo y miedo, las fuerzas del orden lograron asegurar el perímetro del Congreso, permitiendo que el legislativo retomara la sesión. "Es un día que quedará en la infamia", dijo el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, que calificó a los asaltantes de "terroristas domésticos". "La violencia nunca ganará", advirtió Pence.

Senadores y representantes rechazaron la moción para bloquear el conteo de votos en Arizona y Pennsylvania, allanando el camino a la certificación del triunfo de Biden por 306 votos electorales, contra 232 de Trump, quien desde la pantalla de televisión, siguió su último intento fallido por mantenerse en el poder.