Gobernador de Arizona retira plan contra ciudades santuario

El gobernador Doug Ducey pasó gran parte de su primer periodo intentando reparar el daño a la reputación de Arizona causado por una estricta ley migratoria llamada SB 1070.

PHOENIX, Arizona.- El gobernador Doug Ducey pasó gran parte de su primer periodo intentando reparar el daño a la reputación de Arizona causado por una estricta ley migratoria llamada SB 1070 que su predecesora promulgó en 2010.

Eso cambió este año cuando el Gobernador republicano promovió en su segundo periodo una nueva propuesta para consagrar en la Constitución estatal un componente clave de esa ley: una prohibición a las llamadas políticas de ciudades santuario que limitan la cooperación policial con las autoridades federales de inmigración.

Arizona no estaba preparada y Ducey se vio obligado a retirar el plan el jueves en la noche ante la creciente presión de la comunidad empresarial y la indignación de los grupos defensores de los derechos de los inmigrantes.

Ducey -un partidario del presidente Donald Trump, quien ha hecho de la inmigración un tema distintivo de su gobierno- negó que su iniciativa para que los legisladores colocaran la enmienda constitucional en las boletas electorales fuera un cambio radical. Y se indignó cuando le preguntaron si su intento conduciría de nuevo a boicots a Arizona y otros problemas como ocurrió con la SB 1070.

“El estado está en auge. Creo que lo que afectaría a la reputación del estado son las ciudades santuario, que la gente ha intentado someter a votación”, dijo el jueves Ducey antes de cancelar su plan. “La reputación del estado está bien; tenemos gente que se muda aquí todos los días”.

Sin embargo, los opositores al plan del Gobernador dicen que fue un giro de 180 grados comparado con su primer periodo, cuando la comunidad empresarial lo presionó para que bloqueara los esfuerzos de la legislatura de mayoría republicana para combatir la inmigración.

Denunciaron que la propuesta que Ducey planteó en su discurso del mes pasado sobre el Estado del Estado era el regreso a “uno de los años más oscuros en la historia de Arizona”. Después de que la entonces gobernadora republicana Jan Brewer aprobara la SB 1070 en 2010, decenas de miles de personas marcharon en el Capitolio y algunas empresas boicotearon al estado.

El daño fue extenso, ya que Arizona aún padecía los efectos persistentes de la Gran Recesión y una crisis de juicios hipotecarios que era la más aguda en el país.

Las impugnaciones legales a la SB1070 evitaron que muchas de sus cláusulas se implementaran, pero los tribunales ratificaron la prohibición a las políticas santuario en la ley y su característica clave: un requerimiento de que los policías, al hacer cumplir otras leyes, interroguen sobre su estatus migratorio a las personas sospechosas de estar en el país sin autorización.

Salvo algunas propuestas relativamente menores enfocadas en delincuentes migrantes o la seguridad fronteriza, Ducey evadió en gran parte el polémico tema tras ocupar el puesto en 2015.

En lugar de eso, trabajó para reparar la reputación de Arizona al impulsar su desgastada relación con México y promocionar el estado ante empresas a nivel nacional. Su personal trabajó tras bambalinas para dejar en claro que era muy diferente a Brewer y no quería que una legislación divisoria llegara a su escritorio.

Ducey dice que su motivación para proponer la prohibición constitucional fue una medida puesta a votación para crear una ciudad santuario en Tucson que fue extensamente rechazada por los votantes en noviembre. Los líderes municipales en el baluarte demócrata se opusieron a la medida, haciendo notar que la SB1070 había sido prohibida y que su autorización podría acarrear la posible pérdida de financiamiento a nivel estatal y federal.