¿Cómo afecta la pirotecnia a personas con autismo? Expertos piden tomar consciencia

En estas épocas decembrinas, en la que frecuenta el uso de pirotecnia en las calles, cabe preguntarse de qué forma esto puede afectar a los ciudadanos diagnosticados dentro del espectro autista.

HERMOSILLO, SON.- En estas épocas decembrinas, en las que se frecuenta el uso de pirotecnia en las calles de Hermosillo, cabe preguntarse de qué forma esto puede afectar a los ciudadanos diagnosticados dentro del espectro autista.

EXPRESO consultó la opinión de una terapeuta con experiencia en el tema y al padre de familia de una persona con este diagnóstico.

La terapeuta Gabriela Vázquez afirma que dentro del Trastorno de Espectro Autista (TEA), en la gran mayoría de los casos existen desordenes o trastornos de tipo sensorial. Es decir, a diferencia de los demás (neurotípicos), estas personas reciben estímulos a través de los sentidos de manera distinta.

Los trastornos sensoriales, en muchos de los casos, intensifican o disminuyen los estímulos. Por ejemplo, un sonido que para nosotros puede ser normal, para ellos puede ser triplemente intenso, hasta llegar al punto de lastimarlos, o bien, un sonido que para nosotros pudiera ser estruendoso, para ellos podría llegar a ser insignificante”, mencionó.

En el caso de la pirotecnia, según Vázquez hay varios aspectos alrededor que suelen ser negativos para las personas.

"Por un lado está el hecho de que son sonidos estruendosos e intensos que pueden sobreestimular a la persona. Y por otro lado está el hecho de que son repentinos e impredecibles; la persona puede no verlos venir y esto provoca sustos que no saben cómo interpretar

También aclara que todos los casos diagnosticados con TEA son distintos, por lo que la pirotecnia podría afectar o no, según las características de la persona.

Mario Alberto Ochoa Anaya comparte lo que enfrentó su hijo Luis, quien fue diagnosticado con TEA a temprana edad.

Mi hijo tiene ahora 17 años de edad, pero fue entre los 2 y los 7 años en que estaba más acentuado su ?problema' de autismo, pero gracias a que recibió educación especializada logró evolucionar bastante bien”, compartió.

Mario menciona que en el caso particular de su hijo, el ruido estruendoso de los dispositivos pirotécnicos no ha sido tanto el problema, sino lo constante e impredecible que estos son.

También afirma que este tipo de sonidos no suelen afectarle tanto, como sí otros que las personas neurotípicas muchas veces no perciben por lo comunes que llegan a ser, como el sonido que emite un refrigerador.

Afortunadamente Luis no pertenece a ese porcentaje de población autista a quienes los fuegos artificiales no les permiten pasar una navidad placentera, pero a diferencia suya, otros niños y niñas con quienes ha trabajado la terapeuta Vázquez no gozan de esa fortuna.

"En mi experiencia laboral con estos niños, en todos los casos había repercusiones derivadas de la pirotecnia. Las fiestas decembrinas pueden llegar a ser muy complicadas para los padres de familia de estos niños ya que se convierten en pesadillas de dolor, ante las cuales los padres tienen que recurrir a herramientas como la TV, música o ruido blanco para tratar de aminorar la situación. Cuando una persona con TEA llega a ser sobreestimulada, puede llegar a presentar crisis sensoriales durante las cuales puede llegar incluso a autolesionarse (golpearse contra la pared o con sus manos, tirarse al suelo y girar, etc.)”, aseguró la terapeuta.

Por último, Gabriela concluyó dirigiéndose a todos aquellos quienes no conocen aún los problemas a los que se pueden llegar a enfrentar las personas con este trastorno y sus familiares en fechas donde la gran mayoría la pasa con dicha y agrado en familia.

En mi opinión como profesional y con base en mi experiencia ante tal situación, considero que la pirotecnia es altamente perjudicial para las personas con este tipo de desorden ya que, si para muchos de nosotros que no tenemos ninguna condición puede llegar a ser molesta, para personas que no pueden controlar sus sentidos es mucho peor”.

Por empatía, no puedo terminar de imaginar lo doloroso que debe ser tanto para el niño como para su familia, que lo ven sufrir en fechas que deberían ser de alegría y, sobre todo, la desesperación de no poder hacer nada para aminorar su sufrimiento”, finalizó.