Vandalizan tumbas en el Panteón Yáñez

El entrar a un panteón siempre es triste, porque ahí se encuentran los seres queridos que las personas nunca más podrán volver a ver, pero el observar tumbas destruidas, vandalizadas, en estado de completo abandono, es algo que llega al corazón.

HERMOSILLO, SON.- El entrar a un panteón siempre es triste, porque ahí se encuentran los seres queridos que las personas nunca más podrán volver a ver, pero el observar tumbas destruidas, vandalizadas, en estado de completo abandono, es algo que llega al corazón.

Esto es lo que sucede en el Panteón Yáñez de esta capital, que fue in- augurado en 1918. Con el paso del tiempo, los vándalos se han encargado de deteriorar muchas de las tumbas que ahí se encuentran, donde están los restos de personas que por algún motivo han sido olvidadas.

El Ayuntamiento de Hermosillo informó, en este sentido, que en el Panteón Yáñez el 45 % de las tumbas están abandonadas; en el del Sahuaro, el 40 por ciento; Palo Verde el 30 % y en el de la

Manga el 10 %.

Durante un recorrido que EXPRESO realizó por el Panteón Yáñez, se pudo percatar que la mayoría de las tumbas que se ven muy deterioradas son de 1920 o 30, aunque hay otras en donde ya no se puede ver ni siquiera el nombre de a quien pertenece el sepulcro, mucho menos la fecha.

En esos casos, lo más lógico para pensar es que los familiares del difunto ya fallecieron también y ya no hay nadie que vaya a visitarlos.

No todas son antiguas Sin embargo, de igual  manera hay tumbas de 1994 o más recientes que se ven completamente abandonadas, llenas de maleza, con los herrajes oxidados, y son de todos los tamaños. Es decir, de adultos hasta menores que han fallecido a muy temprana edad.

En muchas se nota que fueron víctimas de vandalismo, porque las estatuas están rotas, al igual que las cruces o las bases que alguna vez tuvieron.

Don Arturo, un señor que acude mucho al panteón a visitar a un familiar, dijo que es el colmo que los delincuentes no respeten ni la última morada de una persona y se quejó de la seguridad del camposanto.

“Deberían evitar que esto pase, que los vagos se metan al panteón, son los que rompen todo, incluso los mausoleos. Rompen los vidrios y se meten a drogarse o a dormir o incluso a hacer sus  necesidades. No respetan nada”, apuntó.

Eso es algo que pudimos comprobar, ya que hay algunos mausoleos que tienen las ventanas rotas y por ahí se ve que se han metido, animales o humanos a ensuciar el interior de los mismos.

“Lo que sí, las más co- nocidas de aquí, al parecer no les hacen tanto da- ño, aunque hace algunos meses se reportó que le estaban robando juguetes a la tumba del niño Carlitos”, comentó don Arturo. 

La situación es que ya sea por los vagos, o por el paso del tiempo y porque ya nadie acude a limpiarlas y cuidarlas, muchas tumbas se han ido deteriorando, dándole un aspecto mucho más triste al que ya de por sí despide en aroma un cementerio.

Algo que invita a reflexionar es qué fue lo que pasó para que esas personas que tuvieron familias, que fueron lloradas en su  momento, que recibieron grandes lápidas con hermosas figuras...simplemente fueran abandonadas, ahora formando parte de ese grupo nada grato de los olvidados.

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