Al caer la noche la colonia se transforma; vecinos del Chaparral arriesgan su vida a diario

A pesar de la tranquilidad que refleja durante el día la colonia El Chaparral, los habitantes han indicado que deben tomar sus precauciones debido a que “al caer la noche”, la situación se torna de otro color.

HERMOSILLO, SON.- A pesar de la tranquilidad que refleja durante el día la colonia El Chaparral, ubicada al norponiente de la ciudad, los habitantes han indicado que deben tomar sus precauciones debido a que “al caer la noche”, la situación se torna de otro color.

Entre personas deambulando por las calles viendo la oportunidad para efectuar el crimen, hasta personas armadas con machetes o tubos de fierro, pueden verse en las oscuras calles, por lo que “debes andarte con cuidado”.

Bertha, una de las vecinas indicó que hay que cuidarse o, de ser necesario, permanecer en casa. Debido a que los delincuentes se encuentran rondando por la colonia, peor aún si no eres habitante de ella, la situación empeora.

“En la noche debes ir con cuidado, hay uno que otro ‘malandro’ a la espera de asaltar a alguien y quitarte sus cosas, muchas veces hasta con machete o cargan tubos de fierro, te tienes que cuidar”, dijo.

No sólo hay inseguridad en las calles

Otra de las problemáticas por las que pasa la colonia es la invasión de casas, cuyos dueños las dejaron en estado de abandono debido a que no soportaban las problemáticas de robo y asalto.

Una de las vecinas, quien se dedica a vender dulces desde su casa, se ha dado cuenta del “modus operandi” que los ladrones efectúan para robar en las viviendas.

“Se encuentran al pendiente de lo que haces, a qué hora entras y a qué hora sales. Ya van como cuatro vecinos quienes les han robado. En la madrugada pude ver a uno sacar una televisión. Algunos pertenecen a la cerrada de al lado.”

Eso sin mencionar que la colonia fue testigo sobre el abandono de un cuerpo que fue arrojado en un lote baldío, donde aún se puede apreciar las cintas de protección de aquella ocasión que la policía arribó al lugar.

Pese a las problemáticas relacionadas al robo y el asalto, los vecinos se han unido para contrarrestar los delitos y luchar por regresar la tranquilidad de la colonia, ya que han mencionado: “La policía no hace nada”.

Roberto, vecino de la colonia, comentó de la ocasión cuando entre ocho personas le dieron una “tunda” a una ladrón que iba huyendo con piezas de automóviles que había robado de un yunque.

“Ya lo andaban ‘correteando’ desde la colonia vecina, cruzando el canal del Lázaro Cárdenas, hasta que lo lograron agarrar aquí frente al abarrotes del ‘Manuelito’, desde entonces, ya no se volvió a aparecer”, indicó.

La gente que ahí habita

Los habitantes han hecho lo posible por hacer de la colonia, un lugar digno para sus familias, quienes se dedican a trabajar en su mayoría labores de albañilería, en el caso de los hombres, y en el de las mujeres, permanecen en sus hogares al cuidado de sus hijos.

Gran parte de la población se dedica a trabajar en las maquiladoras que se encuentran cerca del bulevar Quiroga, tal muestra de ello, el camión de personal que pasa cada mañana a recoger a los colonos con dirección a sus labores.

La colonia se encuentra conformada por cuatro calles principales, dando una superficie de alrededor de 21 mil metros cuadrados.

Se encuentra a la recta final de los bulevares López Portillo y Antonio Quiroga, donde al ingresar curiosamente también tienes acceso a la cerrada San Pablo, que solamente los separa una barda, por lo que en ocasiones suele haber confusiones al ubicarse.

Sus empolvadas calles de "terracería" no han sido limites para sus habitantes que se despiertan al filo de la mañana para tener regado y barrido, ya sea antes de irse a trabaja, o para anticiparse al calor.

Los pobladores son en su mayoría son adultos jóvenes, quienes se encuentran laborando gran parte del día, es evidente cuando los jóvenes han regresado, pues la música es la señal suficiente de que Pablo, Mariana o Gisela, llegaron de trabajar.

 

No todo es inseguridad

Existen alrededor de siete comercios, entre abarrotas puestos de comida, donde se pudo observar que habitantes se “echaban la vuelta” en busca de la “coca” debido a que, ya se veía próxima la hora de comida.

También hay una panadería que, a pesar de sus humildes instalaciones, ha sido del gusto de los habitantes por más de cinco años, su trabajo y esfuerzos por tener “el pan del día” se vieron reflejados por una de las empleadas que indicó que: “no nos podía atender”.

Cabe destacar que el incesante calor era razón suficiente para que las personas no salieran a la calle a tomar un paseo o ir a jugar al campo de beisbol con el que cuentan, pues los rayos del sol irradiaban tanto que lo mejor era permanecer dentro de sus hogares.

Tal caso como el de la señorita Guadalupe, de 71 años de edad, quien se encontraba por fuera de la puerta de su hogar con un abanico apuntando a su rostro, tratando de sobrellevar el calor.

“Está haciendo mucho calor, el cooler apenas le van a dar servicio, ya le compraron la banda y paja para echarlo andar, nomás estamos esperando a mi hijo que salga de trabajar para que lo pueda hacer funcionar”, comentó.

La colonia cuenta con dos instituciones educativas, una escuela primaria y un jardín de niños, los cuales lucen con rayones en las paredes hechas por algún “dañisto”.