Juventud con actitud y vocación de servicio

La Fundación Jóvenes Agentes del Cambio forma y educa a sus integrantes, de seis municipios de la Sierra, para que desarrollen todas sus capacidades en beneficio de sus comunidades.

HERMOSILLO, SON.- Jesús Alejandro Corrales Félix siembra en los jóvenes sonorenses la esperanza de un mundo mejor a través de la Fundación Jóvenes Agentes del Cambio, donde forma y educa a sus integrantes en el tiempo libre y gestiona actividades de voluntariado social. Esta asociación nació el 28 de septiembre de 2015 luego de preguntarse: ¿cuántos jóvenes de pueblo desertan en sus estudios, aun teniendo grandes capacidades que no saben que las tienen?, Para Jesús Alejandro, un joven de pueblo está en desventaja en comparación con uno citadino.

Por ello, es que muchos prefieren quedarse en su municipio y trabajar en el campo, sin animarse a explorar nuevas experiencias en una ciudad que los puede llevar al éxito laboral.

Cuestión de actitud

Mucha gente de pueblo tiene muchas carencias económicas y cree que no puede salir adelante estudiando en una ciudad, pero sí se puede.

Por eso formé esta Fundación donde busco darles un empujón para que logren grandes cosas, también les cuento mi experiencia personal y si continúan en su decisión de quedarse, por lo menos les enseño oficios que quizá no se atreven a hacer”, comentó.

Si él pudo salir adelante, enfatizó, los demás también pueden, sólo es cuestión de actitud y ganas de trabajar.

Sus tiempos de estudiante

El joven de 28 años, originario de Baviácora y que vivía con su madre y su abuela, narró que a sus 18 años pocas veces había salido de su municipio y no tenía idea de qué quería estudiar; también tenía miedo de aventurarse a vivir en la capital sonorense como un estudiante, pues sentía que no tenía los recursos económicos para solventar los gastos que requiere la universidad.

Pero la muerte de su abuela, una de las mujeres más importantes en su vida, lo impulsó a cumplir sus sueños; por tanto, en 2010 decide abandonar su pueblo para emprender un viaje a la capital sonorense y cumplir sus metas para que sus seres queridos estuvieran orgullosos de él.

Con sus botas y cinto vaquero pisó por primera vez las instalaciones de la Universidad de Sonora para realizar el examen de admisión en la carrera de Administración Pública, donde fue aceptado.

Después, comentó, un conocido de su pueblo le brindó asilo en su casa para que ahí viviera mientras terminaba sus estudios. Vivía lejos de la universidad y ninguna ruta de transporte público pasaba cerca.

Los primeros meses fueron los más difíciles, pues sus bolsillos estaban vacíos y tenía que caminar varios kilómetros para llegar a tiempo a clases, pero aún así esa situación no fue impedimento para que Jesús Alejandro continuara sus estudios.

Sin embargo, el joven comentó que el hambre de salir adelante era más grande que cualquier sufrimiento o dolor.

Yo vengo de un pueblo y ahí la gente tiene mucha hambre, pero cuando la gente de pueblo decide hacer algo le entra mucho deseo y eso es lo que nos gusta, que nos pongan a prueba, una vez que nos ponen a prueba nosotros sacamos todo lo que somos capaces de hacer, sólo estamos esperando el momento exacto”, dijo.

Tras cuatro años de esfuerzo donde llegó a tener hasta tres empleos para comer, sostener sus estudios y cursar diplomados en otros estados de México, Jesús Alejandro concluyó su carrera.

La inspiración

Agradecido con la vida, principalmente con Dios, el joven quiso devolver un poco de su conocimiento a Baviácora, el pueblo que lo vio crecer, formando la Fundación Jóvenes Agentes del Cambio, con el fin de proporcionarles herramientas que los ayuden a ser una comunidad más activa y participativa con su entorno.

Jesús Alejandro buscó la forma de inspirar a integrantes de su comunidad a realizar actividades que muy probablemente no sabían de qué manera ejecutar.

Cuando terminé mi carrera pensé que Dios ya me había dado algo, me dio la capacidad de poder estudiar y prepararme para la vida, es momento de regresarle un poco de lo que me ha dado, sobre todo a mi pueblo”, manifestó.

En 2015 inició este proyecto donde recorrió distintos municipios de Sonora en busca de estudiantes para darles pláticas motivacionales para que continuaran sus estudios.

Jesús Alejandro presentó por primera vez su proyecto en la comunidad de Suaqui Grande, lugar donde impartió una serie de conferencias motivadoras para los jóvenes de la localidad.

Después creó agrupaciones en cada localidad donde un líder asignado se encarga de instruirlos a mejorar los espacios públicos, a brindar atención a los adultos mayores y generar conciencia del crecimiento o desarrollo en nuevas generaciones de jóvenes.

Todos tienen un talento oculto, sólo es cuestión de darles la oportunidad”, indicó. Son jóvenes de entre 12 y 20 años los que participan y la agenda depende de cada municipio. Todos se reúnen en las plazas para llevar a cabo sus actividades de altruismo.

Les llevo a personas que han hecho algo por el mundo para que se sientan inspirados”, dijo.

A pesar de que las actividades varían, la mayoría son de impacto social para que el joven sea consciente de que puede ser funcional para la comunidad.

Premian su labor social y filantrópica

Jesús Alejandro Corrales Félix ganó en 2015 el Premio Estatal de la Juventud Sonora, por la labor social que desde entonces realiza en el estado.

En 2017 también fue galardonado con el Premio a la Filantropía Sonora en la categoría Persona, por su vocación de servicio y participación en acciones heroicas, innovadoras y creativas al implementar su proyecto.

"Más que sentirme feliz me siento comprometido a seguir haciendo algo positivo, es una respuesta de Dios que me dice que estoy haciendo lo correcto”, afirmó.

Dicha convocatoria de participación requería de algunos requisitos, como haber ejercido su labor social por el estado de Sonora, acreditar su trayectoria al menos de cinco años en la labor de beneficio social y no ocupar ningún cargo público en el momento del cierre de la convocatoria.

Jesús Alejandro añadió que continuará con actividades en beneficio de la sociedad. “Siempre me encomiendo a Dios y él solito comienza a marcar mi camino”, finalizó.

Muy activo

Jesús Alejandro Corrales Félix realiza labores altruistas como:

Pláticas motivacionales para no desertar de estudios académicos.

Ayudar a adultos mayores. Mejorar y restaurar espacios públicos.

Actividades deportivas. Entregar apoyos y despensas a personas en situación vulnerable.

Actividades recreativas.

Municipios a donde lleva su labor

Baviácora

Huépac

Ónavas

Tecoripa

Aconchi

Suaqui Grande

Premios por su fundación

Ganador: Premio Estatal de la Juventud Sonora 2015.

Ganador: Premio a la Filantropía Sonora 2017, en la categoría Persona.