Bien por Jenaro Villamil como jefe del aparato de propaganda…

BIEN por Jenaro Villamil como jefe del aparato de propaganda, perdón, de radiodifusión del gobierno, pues se nota que quiere levantarle el rating al Canal 11.

Al grito de “al público de la 4T lo que pida”, la señal que se supone es del Politécnico se está llenando de porristas presidenciales, lo que le garantiza un mercado cautivo de 30 millones de votos, perdón otra vez, de televidentes.

Por cierto que mañana nadie puede perderse la entrevista que el marido de la secretaria de la Función Pública le hará a la esposa del Presidente.

Este cambio sí se ve... ¡y en horario estelar!

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ALGO RARO, muy raro, está pasando con Jaime Rodríguez: está calladito.

Contrario a su costumbre de hablar hasta de lo que no sabe, el gobernador de Nuevo León ahora no ha dicho ni pío sobre un personaje que conoce muy bien: Roberto Sandoval.

ERA TANTA la cercanía entre ambos mandatarios, que el priista se convirtió en el enlace de “El Bronco” con la administración de Enrique Peña Nieto.

Ahora que el gobierno de Estados Unidos vinculó a Sandoval con el narcotráfico, ¿Rodríguez negará su amistad?

Es pregunta a caballo.

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YA DIJO Andrés Manuel López Obrador que en las obras que se construyan con el dinero decomisado se pondrá una placa con el nombre del respectivo corrupto.

Así que seguramente pronto veremos el Hospital Pediátrico “Javier Duarte”; el Libramiento Carretero “Gerardo Ruiz Esparza”; la Universidad “Rosario Robles” y, con suerte, hasta el Centro de Grandes Ligas “René Bejarano”.

SERÍA BUENO que el Presidente hiciera lo mismo con todas esas obras y programas en las que se va a tirar el dinero de todos los mexicanos, como la Refinería “Rocío Nahle”; el Aeropuerto “Javier Jiménez Espriú”; y, por supuesto, el Tren Maya-Torruco.

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