El negro panorama para el partido azul

Las elecciones locales del próximo mes de junio no pintan un buen panorama para el principal partido de oposición en México. Las encuestas anticipan que la ola de Morena, impulsada por la enorme popularidad del presidente López Obrador, volverá a arrasar en estos comicios y que de dos gubernaturas en disputa, el PAN perdería en dos de sus bastiones políticos e históricos más importantes: primero Baja California, que fue el primer estado que gobernó el panismo —gracias a las concertacesiones salinistas— desde 1989 y por más de 30 años ininterrumpidos, y luego Puebla, otro estado emblemático y con el quinto padrón de votantes a nivel nacional y en donde el morenovallismo, que desplazó al panismo histórico, dominó los últimos 8 años.

Pero además de las gubernaturas, Acción Nacional podría también perder ciudades y capitales importantes que hoy gobierna como Aguascalientes, Durango, Tijuana y Mexicali, junto con las mayorías en los Congresos de Quintana Roo y de Tamaulipas, que se renovarán en estas elecciones y que podrían también pasar del control panista a mayorías de Morena en ambos estados gobernados por panistas como Francisco García Cabeza de Vaca y por Carlos Joaquín González.

Para colmo, la dirigencia nacional que encabeza Marko Cortés no ha logrado impulsar la recuperación del panismo, luego de las fuertes fracturas internas que sufrieron en las pasadas elecciones presidenciales, donde además de la ruptura de Margarita Zavala y el expresidente Felipe Calderón, varios panistas de las cúpulas renunciaron a su militancia blanquiazul para irse a las filas de Morena. De hecho, ahí está otra de las amenazas para el PAN: la posibilidad de que se ahonden esas divisiones internas y el éxodo de militantes, si personajes como Zavala y Calderón obtienen el registro que buscan para su partido México Libre, que busca nutrirse en buena parte del panismo inconforme en los estados que dejó la candidatura de Ricardo Anaya y la fallida alianza con el PRD y MC en las pasadas elecciones.

En Baja California al enorme avance de Morena en el estado, producto del fenómeno lopezobradorista, se suman las graves denuncias de corrupción contra el gobierno del panista Francisco Kiko Vega que unificó el repudio de los bajacalifornianos, por lo que, según las encuestas, el morenismo arrasaría en los próximos comicios. Y ayer ya levantó la mano el primer aspirante de Morena a la gubernatura Jaime Bonilla, quien renunció como superdelegado para buscar la candidatura.

Mientras tanto en Puebla, tras el fuerte golpe que sufrieron con la muerte trágica de la gobernadora Erika Alonso y del senador Rafael Moreno Valle, el panismo se dividió y terminó totalmente fracturado, al grado que no sólo fue incapaz de retener la gubernatura interina, que se quedó Morena con la designación de Guillermo Pacheco, sino que además perdió a todos sus liderazgos locales y, en un intento desesperado, tuvo que revivir la alianza con el PRD y MC para postular como su candidato al ex rector de la UDLA, Enrique Cárdenas, al mismo que Morena había despreciado como candidato en 2018.

Así que no vienen buenos tiempos ni buenos resultados para el PAN que, lejos de detener su caída, seguirá perdiendo en este 2019 y todavía no toca fondo.

NOTAS INDISCRETAS…Una fue la instrucción directa y precisa de presidente a su gabinete ampliado el día de ayer por la tarde en Palacio Nacional: acelerar la entrega de apoyos económicos en su gobierno y concentrarse para ello en tres programas prioritarios: "Sembrando Vida", que generará 200 mil empleos, la pensión a Adultos Mayores, y el de "Jóvenes Construyendo el Futuro"... Los dados mandan Escalera doble. Bueno el tiro.

sgarciasoto@hotmail.com

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