Bullying de Morena en el Congreso

Tal vez fueron las décadas de agravios, ataques y persecuciones que padeció la izquierda en México desde que era marginal y hasta clandestina; o tal vez fueron tantos años de ser aplastados una y otra vez como minorías por las aplanadoras en turno del PRI y del PAN, pero lo cierto es que en el arranque de los trabajos de la LXIV Legislatura del Congreso de la Unión, la primera mayoría izquierdista de Morena dejó sentir toda su fuerza y superioridad en contra de las minorías parlamentarias a las que abucheó, interrumpió y apaleó verbalmente en una catarsis de gritos, porras y protestas que mostraron una mayoría que parecía llegar por la revancha al Poder Legislativo.

Muy lejos quedó la tarde del sábado en San Lázaro el discurso de “reconciliación y perdón” del jefe político de Morena, Andrés Manuel López Obrador.

Aquello era casi como el mundo al revés, en donde los partidos de las minorías trataban de ser institucionales y calmadas, mientras la mayoría buscaba guerra y le ponía el color y la tensión a la sesión de instalación del Congreso.

Cómo se habrá percibido la actitud beligerante de Morena, que tiene toda la hegemonía y el control de las dos Cámaras federales, que hasta el presidente electo López Obrador llamaba ayer a todos los partidos representados en el Poder Legislativo, incluido el suyo, a “que se pongan de acuerdo, que haya armonía, que no haya pleitos y se necesita la reconciliación para sacar adelante a México”.

Y es que, catarsis aparte, lo de Morena el sábado fue casi rudeza innecesaria. No sólo porque la costumbre del parlamentarismo mexicano es que la mayoría apele al orden y le deje a la oposición los gritos, protestas y reclamos, sino porque nunca se verá bien que los que son más, muchos más, se ensañen y se abalancen contra los menos.

En el agandalle y el acoso siempre se verá mal el “buleador”, mientras la víctima del bullying siempre parecerá indefensa, aunque tratándose de políticos priistas y panistas pueden pasar por todo menos por inocentes.

Peor aún si los “bully” alardean de su fuerza y se regodean de su superioridad, porque mientras a los disminuidos opositores los vapuleaban e interrumpían en sus discursos y posiciones al Sexto Informe de Gobierno del presidente Peña Nieto, las porras y vítores a su líder máximo volvieron a ser coreadas varias veces por los diputados y senadores morenistas que, orgullosos de su triunfo y de su presidente, repetían a la menor provocación aquello de que “es un honor estar con Obrador”.

Y si bien es entendible y normal la identidad, lealtad y pertenencia entre los congresistas y su presidente, también tantas porras de los legisladores que tendrán el control de las dos cámaras despierta críticas y dudas de si no presenciaremos un regreso a las épocas de las mayorías incondicionales y abyectas del PRI a los presidentes en turno que durante décadas desapareció la división de Poderes y debilitó al Congreso como contrapeso del Ejecutivo hasta convertirlo casi en una Oficialía de Partes que aprobaba sin chistar todo lo que pidiera “el señor presidente”.

Nadie quiere volver a esas épocas de un Congreso anulado por la fuerza del Ejecutivo.

No ayuda a cualquier transformación política o democrática que los legisladores vuelvan a convertirse en “levanta dedos” que renuncien a su carácter de “representantes populares” para aprobar ciegamente y sin capacidad de revisión crítica todo lo que pida su presidente. 

NOTAS INDISCRETAS…

En Chiapas el caso Noé Castañón sigue generando reacciones.

De la oficina del gobernador Manuel Velasco aseguran que no hay “ninguna vendetta política” contra el senador electo y, aunque recuerdan que Noé se “auto registró” como suplente de la fórmula, cuando el propietario del PVEM, Luis Eduardo Lozano, a quien le correspondía esa senaduría se había hecho a un lado para que se designara a una mujer como candidata y cumplir con un acuerdo de equidad de género, afirman que tan no hay pleito del gobernador con el priista que su padre, Noé Castañón León, sigue trabajando como representante de Chiapas en la CDMX.

“Aquí no hay ninguna vendetta, si Noé quiere arreglar su pleito sólo tiene que firmar un acuerdo con su exesposa y compartir con ella la custodia, es así de simple”, dijo un colaborador cercano al gobernador Velasco…

Se paran los dados.

Escalera.

Bien comienza la semana.

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