Esteban va a Washington

Esteban va a Washington, escribe @SGarciaSoto en #SerpientesYEscaleras.

El anuncio sorpresivo del presidente López Obrador sobre su decisión de proponer a Esteban Moctezuma como el nuevo embajador de México ante los Estados Unidos, es un movimiento que confirma que en Palacio Nacional saben muy bien que en la relación con Estados Unidos viene un "borrón y cuenta nueva" y que con el inicio de la era Biden, se requiere de una nueva estrategia diplomática para tratar de evitar sobresaltos y turbulencias con la nueva administración estadounidense. Pero, sobre todo, la decisión de sacar a Moctezuma de la SEP, donde había hecho un buen papel y mandarlo a Washington, representa la aceptación de un hecho innegable: la apuesta personal del Presidente de México y de su Gobierno a favor del perdedor republicano Donald Trump, sí tendrá consecuencias en los términos de la política del presidente Joe Biden hacia nuestro país.

Eso explica por qué al nuevo Embajador en Estados Unidos no lo puso el canciller Marcelo Ebrard, quien también apostó por Trump y aunque es claro que Relaciones Exteriores seguirá coordinando y llevando la compleja relación con el país vecino, el Presidente prefirió nombrar a un político como Moctezuma, que ajeno al equipo de Ebrard y aún sin experiencia diplomática, es un "peso pesado" y un hombre que tendrá interlocución directa con López Obrador para tratar de construir, desde cero, la nueva relación con la administración Biden, sin que al nuevo embajador mexicano lo identifiquen en el nuevo gabinete del demócrata como un político vinculado a la cercana relación que el Gobierno mexicano construyó con el presidente Donald Trump.

El rápido movimiento que hicieron en Palacio Nacional ante la salida, también sorpresiva de la actual embajadora Martha Bárcena que, sin consultar al Presidente y reconociendo que su interlocución con él se había desgastado, anunció su jubilación anticipada, también significa que, aunque el anuncio unilateral de Bárcena debió causar molestia, el Presidente decidió aprovecharlo para replantear la relación con la Casa Blanca y tratar de reducir el impacto que tendrá en la nueva administración estadounidense, su posicionamiento en favor del derrotado Trump y su decisión de retrasar, hasta el último momento, la felicitación a Biden, con el argumento de esperar a que se desahogaran todas las instancias legales del proceso electoral en Estados Unidos.

Por todo eso y porque nadie vio venir el movimiento presidencial, ayer la designación del nuevo embajador provocaba al menos dos lecturas en los corrillos políticos: la primera que más que mandarlo a Washington, López Obrador "sacó" a Esteban de la SEP y que eso tendría que ver con una supuesta molestia y un mensaje presidencial para el exjefe de Moctezuma. Y la segunda, que con la llegada de Biden a la Presidencia, un escenario al que no apostaron en este Gobierno, el Presidente necesita en Washington a un político que negocie y que opere para construir un puente directo entre Washington y Palacio Nacional.

En fin, que veremos de aquí al 20 de enero cómo se concreta el nombramiento de Esteban Moctezuma en su primera experiencia como embajador, nada menos que en la Embajada más importante que tiene México en el extranjero. Una vez que el Senado lo ratifique con la mayoría de Morena, sólo quedará esperar, a partir de la asunción de Joe Biden como presidente, que se solicite el beneplácito de la Casa Blanca y que éste le sea otorgado al nuevo embajador mexicano.

Y a partir de ahí veremos cómo el político que ya fue Secretario de Gobernación, que negoció con el subcomandante Marcos una fallida estrategia de paz que le reventó en la cara con las órdenes de aprehensión contra los zapatistas, Senador de la República y Secretario de Desarrollo Social y durante 16 años presidente de la Fundación Azteca del Grupo Salinas, desde donde pasó a formar parte del gabinete de López Obrador, se desempeña ahora como el operador de la relación más estratégica para el país.