Los videoescándalos de Lozoya

Los videoescándalos de Lozoya, escribe @SGarciaSoto en #SerpientesYEscaleras.

Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador se queja del “silencio” de los medios en torno a la extradición de Emilio Lozoya Austin -que muy probablemente se concrete hacia finales de esta semana o principios de la próxima- lo que en realidad está diciendo el mandatario es que el exdirector de Pemex no sólo viene desde España en calidad de uno de los hombres más encumbrados y cercanos al expresidente Enrique Peña Nieto, sino que después de un detallado acuerdo con la Fiscalía General de la República, Lozoya viene dispuesto a abrir la “caja de pandora” y detonar un nuevo escándalo político-mediático de corrupción en el sexenio pasado.

Y de acuerdo con fuentes de alto nivel del Gobierno, la información que tanto promueve el Presidente involucra no sólo dichos y hechos del que fuera uno de los peñistas más cercanos del primer círculo en Los Pinos, sino también videos y grabaciones de personajes de primer nivel en el Gobierno anterior y el Congreso, que habrían sido grabados por el propio Lozoya Austin recibiendo sobornos con maletines llenos de dinero en efectivo y que acudieron a su fastuosa oficina del piso 45 de la torre oficial de Pemex.

Es decir, que además de la información que esté dispuesto a dar sobre el caso Odebrecht, Lozoya también ha puesto a disposición de la FGR un paquete de videos grabados por él en su oficina en los que aparecen varios políticos de la oposición en el sexenio de Peña Nieto, a los que él personalmente les entregó maletines llenos de dinero a cambio de que votaran a favor de la reforma energética cuando se discutió y aprobó en el Congreso de la Unión.

De confirmarse la existencia de ese material, Lozoya se convertiría en el nuevo Carlos Ahumada de la política y estaríamos a las puertas de una nueva edición de los “videoescándalos” del año 2003, que en su momento involucraron a figuras del Gobierno del antiguo Distrito Federal ligados al entonces jefe de Gobierno y hoy Presidente de la República, como René Bejarano, Gustavo Ponce y Carlos Ímaz.

Según las fuentes consultadas, Lozoya mencionó concretamente tres cosas en el escrito que presentó ante el juez de la Audiencia Nacional de España para allanarse y aceptar la extradición solicitada por el Gobierno de México y la Fiscalía General de la República: la primera fue, a petición directa del fiscal Alejandro Gertz Manero, su reconocimiento “a las autoridades mexicanas” por su profesionalismo; la segunda, su disposición a colaborar con información sobre los delitos que se le imputan; y la tercera que él fue “sólo un instrumento” de la corrupción del Gobierno peñista y que los actos y acciones ilícitas en las que participó siempre fue por instrucciones de sus jefes inmediatos superiores, es decir, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que presidía el Consejo de Administración de Pemex, y el presidente Peña Nieto.

Veremos en cuanto traigan a Emilio Lozoya desde Madrid -que podría ser el próximo viernes en un avión que mandará el fiscal Alejandro Gertz Manero a recogerlo- cuándo y cómo se detona la bomba de los nuevos “videoescándalos” y quiénes serán los protagonistas de las grabaciones que entregará el exdirector de Pemex que, por lo que tanto repite y anticipa el presidente López Obrador, está claro que viene dispuesto a todo, con tal de salvar su pellejo, no sólo cantará con un fuerte do de pecho sino que está dispuesto a salpicar suciedad para todos lados.