Trump ya espera al ‘buen tipo’ de México

Trump ya espera al ‘buen tipo’ de México, escribe @SGarciaSoto en #SerpientesYEscaleras.

En su segunda gira por la reelección el presidente Donald Trump llegó ayer lunes a la frontera con México y desde Yuma, Arizona, presumió los avances de su “poderoso y hermoso” muro fronterizo.

Volvió a agradecerle al presidente López Obrador, al que se refirió como un “buen tipo”, que le cuide con hasta 28 mil soldados mexicanos la frontera con Guatemala “asegurándose que no crucen” los centroamericanos.

Y contra lo dicho en Palacio Nacional, de que no hay aún nada definido ni seguro, Trump dio por un hecho que el mandatario mexicano “va a venir muy pronto a Washington, a la Casa Blanca”.

Es la primera vez que el Presidente de Estados Unidos se refiere al que sería su primer encuentro personal y oficial con López Obrador y lo hace justo el mismo día que el canciller Marcelo Ebrard declaraba por la mañana que “hasta el día de hoy no se tiene nada establecido” sobre el posible viaje del Presidente de México a la capital estadounidense para la puesta en marcha oficial del nuevo Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, el TMEC.

Pero la euforia con la que Trump celebraba la posible visita de López Obrador no es compartida del lado mexicano.

Apenas el 10 de junio pasado, el Presidente mexicano dijo que veía muy difícil ir a encontrarse con Trump.

Por lo pronto, Trump y López Obrador vuelven a coincidir en algo: ya no quieren saber nada del coronavirus, al que cada vez evitan más en sus discursos.

Ya no se muestran preocupados y mucho menos ocupados por la gravedad del problema, además de que ninguno de los dos asume la responsabilidad de un manejo errático y de decisiones tardías de sus gobiernos.

Para Trump su campaña arranca en franca desventaja, con cerca de 14 puntos abajo en las encuestas que encabeza el candidato demócrata Joe Biden; para López Obrador la profunda recesión de la economía por la crisis del coronavirus, el incremento del desempleo y la inseguridad y violencia del narcotráfico y los feminicidios que siguen aumentando, constituyen un clarísimo handicap en contra que el mandatario nacional quiere remontar lanzando una agresiva campaña de polarización y contraste contra sus opositores, a los que descalifica y sataniza por querer aliarse en su contra (porque sabe que una gran alianza de oposición le ganaría las elecciones), mientras desacredita anticipadamente a los órganos electorales como el INE y advierte del riesgo de un “fraude” en su contra.

Sería más que interesante ver la fotografía de estos dos personajes juntos, si es que en algún momento coinciden físicamente, porque en sus posiciones y estilos de gobernar —aunque se digan ideológicamente opuestos y de orígenes muy distintos— cada vez son más las coincidencias: los dos saldrán más que desgastados y dañados de la crisis del coronavirus; ambos mantienen firme y fuerte su base política y electoral, pero han perdido popularidad y simpatías en amplios sectores de sus sociedades y lo mismo Trump que López Obrador hoy se ven algo desesperados porque se sienten amenazados por una elección, el primero en noviembre y el segundo en julio de 2021, de la que depende la continuidad de su proyecto de gobierno y su supervivencia política…

Se agitan los dados.

Otra escalera.