Un lunes sin mujeres y con el peso débil

Un lunes sin mujeres y con el peso débil, escribe Salvador García Soto en #SerpientesYEscaleras

Este no será un buen lunes para la economía mexicana. Tonos negros y morados pintarán este inicio de semana. Primero porque cientos de miles de mujeres, tal vez millones en todo México pararán sus actividades cotidianas, laborales, académicas y profesionales, además de que una gran parte del sector femenino no saldrá a realizar ni compras ni las actividades que diariamente aportan a la fuerza laboral y productiva del país. Y segundo porque hoy nos amanecemos con una caída en picada del petróleo que, parte por el coronavirus y sus afectaciones y parte por el fracaso de negociaciones en la OPEP, ayer domingo desplomó los precios internacionales del energético hasta los 30 y los 20 dólares, como no se veía desde la Guerra del Golfo en 1991.

Podría decirse que este será un lunes morado, porque al paro histórico de "Un día Sin Mujeres", cuyos efectos además de sociales, por el grito sordo que significará la ausencia de las mujeres, le antecedieron las protestas multitudinarias que ayer tuvieron lugar en México y en el mundo, donde cientos de miles de mujeres salieron a las calles de varias ciudades mexicanas y de todo el planeta, para hacer sentir su voz como nunca en un grito único y enérgico: "¡Basta de violencia!" y "Fin del Patriarcado".

Será difícil que autoridades y la sociedad misma ignoren a partir de ahora el reclamo no sólo de desterrar y cambiar una cultura socialmente aceptada y tolerada de machismo, misoginia y violencia de todo tipo hacia las mujeres, sino también que los políticos y los gobernantes, sean del partido que sean, crean que con discursos huecos y buenas intenciones podrán responder a la exigencia, cada vez más fuerte, de detener la violencia feminicida, los asesinatos y violaciones de niñas y mujeres.

El primer paso ya lo dieron las mujeres mexicanas. Hoy con su ausencia que las hará más visibles y nos dejará ver todo lo que pesa y lo que vale la fuerza de su trabajo y su esfuerzo cotidiano en la economía y en nuestras vidas, y ayer con el grito unánime de los ríos de mujeres de todas las edades, clases sociales, orígenes y profesiones y ocupaciones.

Pero para que este movimiento trascienda se necesitará que los grupos y colectivos que lo impulsan sean capaces de institucionalizar esta enorme fuerza femenina.

Ayer fue inevitable que el nombre del presidente López Obrador saliera a relucir en las marchas con pancartas y hasta en el mensaje final que dieron en el Zócalo los colectivos de mujeres.

Así que este no será un buen lunes ni para la economía ni para el presidente. A los reclamos de las mujeres se sumará el golpe al peso que ayer colapsó y la histórica caída de los precios del petróleo.

Si hay algo que le importa a López Obrador en términos económicos son precisamente el precio del dólar y el "peso fortachón", al que defiende y presume casi todos los días, y la producción y recuperación de Pemex que irremediablemente se verá arrastrada por el derrumbe ocasionado por Arabia Saudita y su agresiva política energética, con la que respondió a la ruptura de acuerdos en la OPEP. Ese será el "lunes negro" para la economía.

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