Remember Texas,  ¿vientos separatistas en la frontera?

Tres estados de la República, casualmente los tres ubicados en la frontera con Estados Unidos, han emprendido acciones, declaraciones o movimientos de la mano de sus gobernadores que desafían y cuestionan al poder central de la Federación.

Tres estados de la República, casualmente los tres ubicados en la frontera con Estados Unidos, han emprendido acciones, declaraciones o movimientos de la mano de sus gobernadores que desafían y cuestionan al poder central de la Federación.

Los tres utilizan argumentos en los que acusan ya sea un "abandono", un "trato injusto e inequitativo" o una "falta de atención" a las necesidades de sus estados; y aunque se trata de señalamientos distintos, unos relacionado con los problemas de inseguridad y violencia en su entidad, otro con un intento de ignorar la Constitución y a las instituciones federales y el otro con el diseño y funcionamiento del pacto fiscal y la distribución de recursos a los estados, al final en Tamaulipas, Baja California y Chihuahua, los discursos de sus gobernadores tienen un mismo tufo separatista.

Se trata de dos gobernadores del PAN, Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas, y Javier Corral, de Chihuahua, y de un gobernador de Morena, el recién llegado Jaime Bonilla, de Baja California.

El primero en utilizar ese discurso localista y chauvinista fue el gobernador de Baja California. Aún antes de llegar al cargo, cuando todavía era gobernador electo, Jaime Bonilla inició un movimiento que comenzó por cooptar diputados de la mayoría de oposición en el Congreso local para que le aprobaran una reforma a la Constitución del Estado para ampliar el periodo de duración de su gubernatura de los dos años por los que fue electo y votado en las urnas, a cinco años que él consideraba necesarios para poder llevar a cabo sus planes de gobierno.

Cuando esa reforma fue severamente cuestionada e impugnada por instituciones federales, como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación o el Instituto Nacional Electoral, además de recibir críticas de distintas organizaciones políticas y civiles, el entonces mandatario electo comenzó a utilizar el discurso de la soberanía estatal y de que "los bajacalifornianos decidimos nuestros asuntos" y lanzó consignas como "ya basta del abandono histórico del centro" y de sus imposiciones.

El otro caso de un estado que desafía y acusa un trato injusto del poder central es Tamaulipas. Su gobernador, el panista Francisco García Cabeza de Vaca ha sido uno de los más incómodos y críticos hacia la 4T y el presidente López Obrador, quién en casi un año que lleva en el poder se ha negado a recibir en audiencia al mandatario tamaulipeco, a pesar de que éste se lo solicitó en varias ocasiones primero de manera oficial y luego públicamente.

Cabeza de Vaca ha acusado que el gobierno federal se ha negado a mandarle toda la ayuda necesaria en materia de seguridad a su estado, que tiene problemas severos, sobre todo en sus municipios fronterizos, donde distintas escisiones y células de cárteles del narcotráfico se disputan con violencia el control de plazas y territorios.

En el caso de Chihuahua y Javier Corral, el motivo de queja hacia el gobierno central es el fiscal. Dos días después de la aprobación del Presupuesto Federal 2020, el mandatario panista, que también ha tenido diferencias con la 4T, se pronunció abiertamente por que Chihuahua y otras entidades federativas que tienen las capacidades productivas y económicas rompan el Pacto de Coordinación Fiscal con la Federación, según el cual el gobierno central distribuye los recursos federales.

"Hay que pensar en la posibilidad de que si no se modifican estas reglas, descoordinarnos de la Federación los estados que podamos hacerlo en función de nuestro Producto Interno Bruto y nuestras capacidades económicas y productivas", dijo Javier Corral en tono abierto de amago.

Así es como tres gobernadores cuyos estados que comparten frontera con Estados Unidos y donde se ubican expresan abiertamente su molestia e inconformidad con el Centro. Unos lo hacen de manera más política, otros en tono de abierto desafío, pero en los tres casos es innegable que subyace el mismo argumento de fondo que, toda proporción guardada, esgrimían aquellos colonos protestantes de Texas que en el siglo 19, que "el centro no nos atiende ni nos resuelve nuestras necesidades". ¿Será que en pleno siglo XXI y en plena 4T de nuevo soplan vientos separatistas en la República?

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