Violencia contra las mujeres en tiempos de confinamiento

Violencia contra las mujeres en tiempos de confinamiento, escribe Mercedes Zúñiga Elizalde en #FueraDeRuta

Por Mercedes Zúñiga Elizalde

Diversos organismos y organizaciones internacionales y nacionales están alertando sobre los riesgos de incremento de la violencia contra las mujeres y la infancia, debido a las medidas de confinamiento domiciliario que los distintos gobiernos están tomadas para hacer frente a la crisis sanitaria del COVID-19. En el caso mexicano, donde la violencia de género no deja de agravarse, con una tendencia sostenida a la alza en feminicidios, violación, abuso sexual, violencia de pareja y desapariciones de mujeres y niñas, entre otras modalidades de violencia; el quedarse en casa, restringiendo los medios de comunicación con las y los otros, vislumbra un panorama sombrío para las mujeres, precisamente porque una de las condiciones que favorecen la violencia de pareja en el hogar es el aislamiento social.

El confinamiento altera la vida en casa y las relaciones entre las personas que la habitan, exponiendo a las mujeres y las niñas a tensiones, y por lo mismo a nuevas dificultades que fragilizan aún más su integridad física y emocional. Mitigar y controlar lo riesgos a la salud en una crisis sanitaria como la que estamos experimentando, exige aumentar la carga de los quehaceres domésticos y los trabajos de cuidado. Sobre las mujeres recaen estas tareas, las que en entornos precarios serán aún más arduas de sobrellevar.

El cierre de escuelas y centros de trabajo, la caída en los ingresos y la inseguridad económica y laboral a corto y mediano plazo que las medidas para contrarrestar la pandemia están generando, alimentan el miedo, la incertidumbre y la violencia. La falta de certezas sobre el futuro inmediato puede convertirse en un detonante de la violencia machista.

Los efectos de las medidas sanitarias, están teniendo efectos diferenciados entre hombres y mujeres, al menos así parece advertirse en ciertas naciones europeas. El Estado no puede desentenderse de esta situación y requiere estar alerta sobre las implicaciones. En México, la coyuntura que se avecina hará más inaccesible los servicios de salud reproductiva y de atención e intervención en casos de violencia; también dificultará las posibilidades de denuncia y solicitud de ayuda. La capacidad de las autoridades para responder a la violencia de género también estará mermada.

Por ello es central el papel de la sociedad y de las redes sociales de cualquier tipo, que pueden contribuir a señalar y denunciar situaciones y casos de violencia que pudieran surgir o agravarse en la emergencia sanitaria Frente a este contexto, los gobiernos tendrán que repensar las estrategias de prevención y atención de la violencia contra las mujeres y la niñas, privilegiando medidas accesibles para denunciar, con el objetivo presente de que los feminicidios no engrosen las estadísticas mortales de la pandemia. Como nunca, la sociedad debe vigilar e impulsar las acciones

preventivas del Estado.