Una tragedia, como miles, ignorada

Certeza no es sinónimo de verdad. Florestán.

La madrugada del pasado 8 de noviembre, un comando armado ingresó al domicilio del médico Blas Godínez Loya, director del hospital comunitario del municipio de Gómez Farías, Chihuahua, y a tiros se lo llevaron.

Desde entonces no se sabe nada de esta desaparición en aquella pequeña comunidad ignorada por todos, pero por su ubicación fronteriza, estratégica para el crimen organizado.

El médico secuestrado, como otros médicos del municipio lo habían sido varias veces para curar a heridos del narcotráfico, pero siempre regresados sin violencia, es parte de los usos y costumbres que corre en la desatención de los gobiernos de Chihuahua y Federal.

Historias como éstas son frecuentes en esa región cada vez que se registra un enfrentamiento entre grupos rivales. Las bandas van por los médicos a Gómez Farías, se los llevan a sus refugios o casas de seguridad, curan a los heridos y los regresan al lugar de donde se los llevaron.

El martes hablé con su hijo, el también médico Blas Godínez Ortega, que, por Morena, ganó la alcaldía de ese infierno llamado Gómez Farías, quien me reveló que allí han aprendido a vivir con miedo, que es la guerra, y que la desaparición de su padre se debe a la lucha por esa plaza entre dos cárteles, Sinaloa y La Línea; que un día antes de que se lo llevaran se había registrado un violento encuentro entre los dos grupos y que desde entonces no sabe nada de él.

El llamado, dramático, del médico, es que le devuelvan a su papá. No se puede vivir con esa doble angustia: La incertidumbre por el padre secuestrado hace ocho meses y la indiferencia total de los gobiernos, estatal y federal.

Y esa es solo una historia como las que debe haber por cientos, ocultadas por la indiferencia de las autoridad, el temor de la gente y la impunidad de los criminales.

En este caso, ¿con quién negociarían para rescatar al padre y llevar paz y tranquilidad a la región…?

Me gustaría oír una respuesta, que no es que no la haya, lo grave es que no hay quién la dé.

RETALES
1. MISIVA.- Qué bueno que Trump respondió la carta que le envió Andrés Manuel López Obrador, es mejor así que un pleito. Pero ni el buen ánimo pudo evitar la amenaza: Si la renegociación del TLC no es a su manera, aplicaré medidas que no me gustan, pero sí a la Casa Blanca y al pueblo de Estados Unidos. El punto es que no es fiable, y la celebración de la misiva le dio esa calidad de la que carece;

2. REENCUENTRO.- En Puerto Vallarta, en el marco de la Cumbre de la Alianza del Pacífico y como enviado de AMLO, Marcelo Ebrard y Luis Videgaray se volvieron a ver, ya lo habían hecho en la cancillería con el tema del citado TLC. Pero fue interesante la imagen de Ebrard sentado como parte de la delegación mexicana, a un costado del presidente Peña Nieto. Si ese fue el mensaje, buen mensaje para la transición de terciopelo que por un momento peligró tras la multa del INE a Morena; y

3. CALOR.- Esto fue marcado por el tono en el que el mismo López Obrador se refirió al presidente Peña Nieto, a Luis Videgaray y a Ildefonso Guajardo, dándoles todo el respaldo para que ese equipo continúe con esa negociación con la observación de los suyos. En fin, que la transición retoma su cauce en aguas calmas.
Nos vemos mañana, pero en privado.

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