Metaverso: el ‘nuevo’ mundo

Metaverso: el ‘nuevo’ mundo, escribe Marco A. Paz Pellat en #ElPoderDeLasIdeas.

Una de las principales características de los avances tecnológicos es que permiten innovaciones disruptivas que cambian la realidad y detonan nuevos modelos de vida, comunicación, negocios y convivencia. Y a ello parece que nos estamos acercando con la confluencia de tecnologías de frontera y la necesidad de “romper” las limitaciones del mundo real, a través de la creación de un Metaverso.

Éste es un proyecto recientemente anunciado por Mark Zuckerberg, el dueño de Facebook, donde se busca crear un universo virtual paralelo al universo real donde se desarrollen y disfruten una nueva vida con una nueva y exponencial economía.

Esta idea no es nueva y ha sido abordada por la novelas de ciencia ficción y por los videojuegos, como el caso de Second Life y Fortnite.

Pero, ¿qué es un metaverso? “Es un universo creado en el ciberespacio al que se accede con realidad virtual y en el que, idealmente, se deberá poder viajar a través de diferentes experiencias de forma compartida con otros millones de usuarios: reuniones de trabajo, oficinas virtuales, conciertos, juegos, tiendas o plazas públicas donde encontrarse con sus amigos”. Agrega a esta definición Zuckerberg: “se trata de un entorno persistente y sincrónico en el que podemos estar juntos, que creo que probablemente se parecerá a una especie de híbrido entre las plataformas sociales que vemos hoy en día, pero en un entorno en el que te verás inmerso” (https://bit.ly/3AG3xZU).

A este nuevo mundo entraremos con un casco o lentes de realidad virtual y realidad aumentada y sensores en todo el cuerpo, donde vamos a convivir al mismo tiempo con un mundo virtual y parte del mundo real. Las principales características del metaverso, serán:

Un universo paralelo y permanente. A diferencia de otras opciones, el metaverso siempre estará ahí. Será parte de nuestra vida, no será un videojuego que se reanuda o acaba. Se convertirá en la vida cotidiana, vida a partir de la inmersión en este mundo virtual. Quedarán ahí nuestras decisiones, como el caso de adquisición de bienes o servicios.

Un universo con escala masiva. Este nuevo mundo paralelo deberá permitir la interacción de millones de usuarios que decidan participar e interactuar en él. Estamos hablando de un gran despliegue de tecnología con alcances inimaginables. Por ejemplo, deberá permitir la celebración de eventos virtuales donde interactúen miles de personas, como el caso de conciertos de música o eventos masivos de diferente tipo.

Un universo accesible e interoperable. A este nuevo mundo deberá ser sencillo acceder desde cualquier dispositivo o sistema operativo con las mismas prestaciones tecnológicas y facilidades. La idea es que el usuario puede pasar, sin problema alguno, de una experiencia a otra sin mayor complicación, conservando nuestra identidad y sus características, atributos, propiedades y atribuciones adquiridos en el mundo virtual. Sería un mundo abierto, sin fronteras y accesible desde cualquier dispositivo y lugar.

Un universo con su propia e ilimitada economía. Este mundo virtual desarrollará una poderosa economía, con sus propias reglas, donde se podrán adquirir activos y servicios virtuales, y cualquier tipo de actividad económica.

Frente a las críticas del comportamiento casi monopólico de las plataformas tecnológicas en la salvaje economía de la atención, y las propuestas de regulación y limitación de dicho poder, los grandes jugadores tecnológicos ya están trabajando en el siguiente paso que deja atrás este tipo de riesgos: crear su propio mundo, con sus reglas, condiciones y ambientes.

La idea del metaverso es sumamente sugestiva y ambiciosa, pero también crea dudas y preocupaciones. Sería un mundo donde los líderes tecnológicos tendrán más control y poder, donde dispondrán de más libertad para el uso de sus técnicas de incidencia en los comportamientos humanos, y donde podrán imponer condiciones a otros. Otra vertiente de preocupación sería lo adictivo de este tipo de tecnologías, donde todo se puede crear, vivir, experimentar.

Estamos muy cerca de otro salto cuántico de la tecnología, sin todavía poder entender y resolver las consecuencias del mundo tecnológico actual. Será un nuevo viaje fascinante y lleno de retos. Veremos.

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