Desastroso trato al campo

Millares de campesinos bloquearon carreteras en 25 estados la semana pasada en demanda de los apoyos que, aunque figuran en el Presupuesto de Egresos aprobado por la Cámara de Diputados, no han recibido.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo entonces que podían seguir manifestándose como quisieran, pero advirtió que los recursos no se entregarán a través de las organizaciones, sino de manera directa porque su gobierno está resuelto a terminar con la corrupción.

Las organizaciones le tomaron la palabra y ayer volvieron a manifestarse porque, alegan, el problema no se reduce a la entrega de dinero, consiste en la desarticulación y desmantelamiento institucional de los programas productivos.

Aunque en las protestas participan agrupaciones de diversas filias políticas, sobresalen las que lideran personajes afines al actual gobierno, entre otros el senador José Narro Céspedes y el diputado Eraclio Rodríguez Gómez, ambos militantes de Morena, presidentes de las respectivas comisiones de Agricultura en el Congreso de la Unión.

Para entender este asunto platiqué (“El Asalto a la razón” en tv de ayer y este martes) con Augusto Gómez Villanueva, priista de hueso colorado que, por haber dirigido la otrora poderosa Confederación Nacional Campesina y encabezado la ya desaparecida Secretaría de la Reforma Agraria, sabe del tema como casi nadie. “Estamos frente al ciclo primavera-verano; los campesinos tienen que cultivar sus tierras aprovechando las lluvias y los apoyos que se destinan a los agricultores no solamente se han limitado por una disminución del gasto (más del 90%) destinado al desarrollo agropecuario del país, sino porque además ha habido un subejercicio de lo poco que se autorizó en más de 50%”, resume.

Una parte de la explicación está en la desaparición de las delegaciones, los Distritos de Desarrollo Rural y Centros de Apoyo donde los productores recibían los servicios institucionales de la Federación. Ha dejado de operar una compleja maquinaria que atendía miles de asuntos agrícolas, ganaderos y pesqueros, en detrimento de la pretendida autosuficiencia alimentaria, el desarrollo del campo, la lucha contra la pobreza y el combate a la desnutrición. Y del secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos, no han obtenido siquiera el compromiso de responder a sus planteamientos.

A la par de las afectaciones que el desmadejamiento institucional ha provocado en la economía personal y familiar de ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios, el problema pone en riesgo la productividad en entidades del centro y norte del país con sus exportaciones (a los Estados Unidos, principalmente), debido a la imposibilidad de avanzar en la preparación de tierras, movilización de maquinaria, adquisición de semillas, fertilizantes y pago de servicios.
Gómez Villanueva previene: históricamente, el campo es “explosivo…”.

 

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