Fallidos ejemplos de lo heredado

Fallidos ejemplos de lo heredado, escribe Carlos Marín en #ElAsaltoALaRazón.

Para ejemplificar “lo peor” que su Gobierno heredó de los “neoliberales” y “corruptos”, el presidente López Obrador expuso casos que por desgracia lo contradicen: los sistemas educativo y de salud.

Superados en gravedad por el fracaso de la estrategia contra la galopante inseguridad, ambos temas ilustran lo pésimo de la política seguida en su gestión.

“Hay empresas públicas que fueron prácticamente saqueadas, desmanteladas, otras que resistieron más. En el caso de educación y salud, mi diagnóstico es que hicieron más daño en salud que en educación, por eso nos ha costado más trabajo…”, dijo el martes en su conferencia mañanera.

Respecto de la educación, con la extinta reforma del peñanietismo se pretendió elevar la calidad de la enseñanza y evitar que profesores improvisados, faltistas y deplorablemente capacitados continuaran impartiendo clases, permitiéndoles, no obstante, desempeñar tareas administrativas en el ámbito escolar, garantizándoles respeto a sus derechos y, desde luego, su salario.

El lopezobradorismo, sin embargo, la definió como “la mal llamada reforma educativa” y desde el máximo poder concedió todo lo que quiso la facción más irresponsable, violenta y deleznable del magisterio, que se ha opuesto desde siempre al mejoramiento de la educación pública: la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. En Oaxaca, estado en que domina, mantiene a los niños y jóvenes de Educación Básica en el más bajo índice de aprovechamiento escolar de todo el país y sus efectos corrosivos también afectan a su alumnado en Guerrero, Michoacán y Chiapas (donde por fortuna no tiene el monopolio sindical).

Tan consentida la tiene que le permite cuanto chantaje, atropellos y delitos comete, de manera destacada los ya incontables bloqueos de vías férreas en Michoacán que tanto han afectado la economía y el empleo en ésta y otras entidades, recurrentemente privadas de la entrada o salida de todo tipo de productos.

En el mismo tema educativo, jamás antes había ocurrido una embestida gubernamental contra los centros superiores del conocimiento como ha ocurrido con las frecuentes descalificaciones a las universidades públicas y la calumniosa afirmación de que la Nacional Autónoma de México se ha “derechizado”, como tampoco se perpetró nunca un golpe a la academia y la libertad de cátedra semejante al que provocó la toma estudiantil de las instalaciones del Centro de Investigación y Docencia Económicas, el CIDE, que tanto aportó al sistema nacional contra la corrupción.

Respecto del sistema público de salud, la sola extinción del Seguro Popular bastaría para no presumir lo que se tiene ahora, y menos el ridículamente bautizado Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (ni modo que para el malestar), a lo que se suma el histórico desabasto (tres años ya) de medicamentos, incluidos los que se requieren contra el cáncer infantil, la desastrosa “estrategia” contra la pandemia y la caprichosa y errática política de vacunación contra la nueva peste…