¡Deshágase de ellos, Presidente!

¡Deshágase de ellos, Presidente!, escribe Carlos Marín en #ElAsaltoALaRazón.

En vez cumplir su obligación y poner en su lugar al subsecretario federal de Salud, la titular de la Función Pública exhumó la más desafortunada y cruel frase del presidente de la República para celebrar, gozosa, la tragedia que ha enlutado cuando menos a 101 mil 500 familias, a sabiendas de que la cifra verdadera bien puede rondar las 285 mil:

“La crisis por el Covid-19 ‘vino como anillo al dedo a la Cuarta Transformación’, ya que, por décadas, durante el periodo neoliberal, las emergencias se convirtieron en terreno fértil para esa corrupción estructural, para que las grandes corporaciones, los grandes intereses económicos y privados se apropiaran cada vez más de lo público…”, dijo Irma Eréndira Sandoval en las jornadas de la estéril Semana Nacional de la Transparencia sobre Salud Pública.

¿Entenderá la señora que a los deudos les vale un comino la “corrupción” si a sus fallecidos se les hubiera salvado la vida?

Su siniestro festejo de la matazón se dio en el contexto de nuevas demostraciones de ineptitud de Hugo López-Gatell, como su ignorancia sobre la factibilidad de mantener a bajas temperaturas las vacunas que se esperan porque no hay una red, “no de refrigeración sino de ultracongelación”.

Como lo cierto es que el sistema de Pfizer permitirá transportar hasta 975 dosis en contenedores del tamaño de una maleta de viaje acompañados de hielo seco que las mantendrá a 80 grados bajo cero, un sensor y un localizador GPS para controlar su temperatura y ubicación todo el tiempo, vaya vergüenza que el “mariscal anticovid” no lo supiera.

Tuvo que aclarar el canciller Ebrard que sin esa garantía no se habría suscrito ningún contrato.

La incompetencia del Subsecretario tanto por sus errados pronósticos (hace más de 40 mil muertes la cantidad le parecía improbable y “catastrófica”) como, y sobre todo, por haber estigmatizado el uso del cubrebocas, hace lógica su remoción.

Sin embargo, en uno más de sus arrebatos que lo delatan más como grillo que como el sabio que lo supone y presume al mundo López Obrador, su ataque a los medios no tiene desperdicio: dice que lo que difunden sobre los funcionarios que no utilizan la mascarilla tiene un “fin de confrontación” y “busca generar desconfianza” en el gobierno.

¡Ah chingá!

Y con cínica desvergüenza, soltó que “las personas que han formulado todo este debate desde medios de corporativos, primeras planas, periódicos nacionales, radio, televisión, hasta las diversas redes sociales, harían una contribución más efectiva de bienestar social si, en lugar de estar centrando la conversación en eso, la centraran a promover el uso de cubrebocas.

¡Qué mejor que en las primeras planas, en lugar de aparecer un ‘planteamiento tipo nota roja’, en donde se destaca la confrontación de ‘tinte político’, todas las mañanas, la primera plana la dedicaran a ‘usa tu cubrebocas’, y que ellos asumieran el costo de esos espacios para hacer promoción de la salud…!”.

O sea, que hagan lo que él no y que la secretaria Sandoval, por lo visto, aplaude…