¿Por qué abrir una herida cicatrizada?

¿Por qué abrir una herida cicatrizada?, escribe Carlos Marín en #ElAsaltoALaRazón.

En nombre de los extintos “pueblos originarios”, las autoridades capitalinas desmontaron y almacenaron la estatua de Cristóbal Colón porque temían, arguyeron, que fuera vandalizada por quienes mantienen el rencor de la conquista y la colonia españolas.

La fecha del descubrimiento de América empata con la gira europea de Beatriz Gutiérrez, quien de parte de su marido, el presidente López Obrador, entregó al Papa una carta (en el original de la misma su segundo apellido reza ‘Mueller’ en lugar de Müller) solicitándole, “en calidad de préstamo por un año”, los códices ‘Borgia, Vaticanus A y B y mapas de Tenochtitlan’, para ser expuestos en México en 2021, a 700 años de la fundación de aquella ciudad, “los 500 años de la invasión colonial española y el bicentenario de nuestra Independencia”.

Además de la petición, le dice al Pontífice que, “con motivo de estas efemérides la Iglesia Católica, la Monarquía española y el Estado mexicano debemos ofrecer una disculpa pública a los pueblos originarios que padecieron de las más oprobiosas atrocidades para saquear sus bienes y tierras y someterlos”, ya que “ellos merecen no sólo esa actitud generosa de nuestra parte sino el compromiso sincero de que nunca, jamás, se cometerán actos irrespetuosos a sus creencias, culturas, y mucho menos se les juzgará o marginará por motivos económicos o racismo”.

Y sugiere que Francisco honre la memoria de Hidalgo y Morelos, lo cual “en vez de afectar a la Iglesia Católica, la enaltecería y causaría la felicidad de la mayoría de los mexicanos”.

A su primera petición de disculpas (marzo de 2019), en respuesta a una carta enviada al rey Felipe VI, España respondió su rechazo “con firmeza”.

No obstante, el 30 del reciente septiembre López Obrador expresó:

“No descartamos que haya de parte del gobierno español, de la monarquía, un cambio de actitud, y que con humildad se ofrezca una disculpa, un perdón, pensando en dejar atrás esa confrontación y hermanarnos y ver hacia adelante, pensar en la reconciliación”.

¿Por qué a Trump no se le pide disculparse por la guerra del Siglo XIX y el despojo del territorio?

Mayoritariamente mestiza, la población mexicana parece no tener con España y el Vaticano una “confrontación” o requerir de “reconciliación” alguna.

Aceptada la premisa de que las naciones precolombinas fueron sometidas por la cruz y la espada, quien menos debiera disculparse es el Vaticano, que desde siempre tiene misioneros que alientan el catolicismo por todo el mundo.

Y sobre quienes padecieron “las más oprobiosas atrocidades para saquear sus bienes y tierras y someterlos”, España no era el país actual sino los reinos de Castilla y Aragón pero, además, ¿quién se disculpará de las carnicerías cometidas por los mexicas en agravio de los antiguos pobladores del Valle de Anáhuac, de los tlaxcaltecas, de los totonacas y demás naciones de aquella vasta región que solo 300 años después de la conquista y la colonia comenzó a ser México, y que de facto es varios países en uno…?