Informe y religión

Informe y religión, escribe Carlos Marín en #ElAsaltoALaRazón.

Quizá ni las iglesias luteranas y calvinistas, como ninguna de las cristianas pero no católicas con feligresía en México, se den por agraviadas con las invocaciones del presidente López Obrador a los evangelios cuando quiere apuntalar su lema “primero los pobres”.

No obstante, si además apoya sus dichos en los de una autoridad que aquéllos no sólo desconocen sino hasta detestan, el papa Francisco, pueden darse por ofendido y discriminado tanto como quienes profesan el judaísmo, el islamismo y el budismo, al igual que los devotos de congregaciones menos relevantes, y ni se diga la población que se declara “no creyente” o francamente atea.

Datos recabados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en 2010 indicaron que había entonces cuatro millones 660 mil personas sin religión, 84 millones 217 mil católicas y 10 millones 76 mil de otras creencias.

Por mucho que las enlistadas representen a una minoría de mexicanos frente a la mayoría Católica Apostólica Romana, precisamente por esta condición es que merecen respeto, y porque el Presidente no lo es únicamente de los cristianos y papistas, sino de la totalidad de paisanos, las referencias al Nuevo Testamento y al Sumo Pontífice llevaron ayer a la imposición, por parte del Instituto Nacional Electoral, de medidas cautelares contra uno de los spots del Segundo Informe de Gobierno.

En el promocional que se transmitió en televisión, radio y Facebook, Andrés Manuel López Obrador dijo:

“Tenemos nuestra conciencia tranquila, y la dicha enorme de estar ayudando a la gente humilde, a los más necesitados, a los desposeídos. Los conservadores sostienen que estamos llevando al país al comunismo. El papa Francisco ha dicho que ayudar a los pobres no es comunismo, es el centro del Evangelio’. Es para decirles: tengan para que aprendan”.

La resolución de la Comisión de Quejas y Denuncias del INE procedió a solicitud de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática para que se retirara el anuncio que, aunque aparentemente ya no tiene sentido, pudo transmitirse durante los siete días previos al 1 de septiembre y mantenerse hasta cinco días después.

Para efectos prácticos, se trata de una orden que deben acatar la red social y los concesionarios, a quienes lo común es que este tipo de disposiciones les sean comunicadas en las siguientes 24 horas.

Entre las consideraciones que los tres consejeros de la Comisión tomaron en cuenta están que el spot vulnera el marco constitucional por aludir al tema prohibido de mezclar la política con lo religioso y se opina de terceros, no necesariamente rindiendo cuentas (Ciro Murayama); que los funcionarios de Gobierno deben ser neutrales y dejar claro que los mensajes son para difundir el Informe, no asuntos de fe (Adriana Fabela), y que la de México es una historia de separación Iglesia-Estado (Beatriz Zavala).

Lo impredecible que suele ser el Presidente requiere del cuidado de su equipo, negado por lo visto a nociones elementales del Derecho.