Maestros y educación

El autor es Internacionalista.

Otra vez, en celebraciones del Día del Maestro durante mayo se nos despliegan muchos recuerdos de nuestra trayectoria: como Maestro Universitario por más de 46 años en Guadalajara, Ciudad de México, UAS, UABC, Colorado, California, y Texas USA; y en nuestra querida Universidad de Sonora, donde afortunada y permanentemente hemos colaborado desde hace 26 años continuos.

Ahora se reitera que, en evaluaciones nacionales e internacionales, se confirma que nuestra Universidad de Sonora es una de las mejores del país, lo cual, e independientemente de los indicadores utilizados para las evaluaciones, debe ser satisfactorio para nosotros. Felicidades a todos nuestros queridos maestros.

Al tratar el tema de los maestros y el de la educación, siempre recordamos a TonyGiddens, TonyBlair y otros colegas internacionalistas expertos en desarrollo, quienes plantean que existen tres soluciones para resolver cualquier problema socioeconómico de los países. Según estos expertos, las tres soluciones serían: educación, educación y educación.

Como lo hemos discutido en las cátedras universitarias, y aunque nuestra Visión Económica anteponga nutrición y salud antes que educación, la mayoría está de acuerdo en que la educación es la solución de nuestros graves problemas nacionales de impunidad, corrupción, ignorancia, violencia, inseguridad y desintegración nacional.

Educar más y mejor es ,y será siempre, una bendición. En este orden de ideas, también recordamos e insistimos que “Educar es Sembrar Patria”, como nos enseñaba hace 37 años el ilustre

Rector de la Universidad Autónoma de Guadalajara, Doctor Don Luis Garibay Gutiérrez. Rector de la primera universidad privada y verdaderamente autónoma de América Latina.

Constantemente nos exhortaba a Sembrar Patria, a formar, a educar y a culturizar a la juventud  mexicana; y en la Autónoma, los estudiantes provienen de toda la República, Centro y Sur  América, así como de Estados Unidos y Canadá.

Nacionalista Rector de la UAG, también Presidente de la Organización Mundial de Rectores, el Dr. Garibay en 1984 nos aseguraba lo anterior en el Lago de Chapala, cuando firmábamos un convenio internacional universitario con el Dr. Henry Koffler, quien era Presidente (Rector) de la Universidad de Arizona; y en aquél entonces no imaginábamos las crisis futuras ni lo que ahora padece nuestra patria.

Actualmente, y ante el evidente fracaso político, socioeconómico y educativo del país, como lo demuestran los indicadores y comparativos internacionales, es pertinente preguntarnos: ¿qué estamos haciendo con nuestra nación? ¿Cuándo abandonamos nuestra patria? ¿Adónde va nuestro país?

México se transformó desde las crisis de los ochentas y hoy es diferente. La educación y por consecuencia la sociedad se ha deteriorado terrible y lamentablemente. No, nunca hemos sembrado la grandiosa patria con la que soñábamos con el Rector Garibay. Actualmente las instituciones nacionales  se han desprestigiado. Ahora ya no  prevalece el orden ni el estado de derecho y se debilita el gobierno, la gobernanza y la gobernabilidad.

Frente a ello, aquí es donde los maestros tenemos una inmensa y trascendental responsabilidad. Desde hace cuatro décadas el sistema corrupto que desgobierna México ha generado una nación

con mucha pobreza e inseguridad, con escasa movilidad social y muy pocas oportunidades para nuestros jóvenes y estudiantes, con extremos contrastes muy peligrosos de miseria y riqueza entre regiones y clases sociales, con tratos diferenciados según influencias, y lamentablemente, mucha gente piensa que es su país lo que los perjudica, detiene e impide progresar, por lo que se

ven obligados a emigrar hacia los Estados Unidos.

En consecuencia, no cosechamos la anhelada patria, cuyas pésimas condiciones educativas, socioculturales y laborales afectan mayormente a la juventud polarizada, dividida, quienes sin

patriotismo ni fraternidad ahora creen que no pueden salir adelante juntos como nación y que sólo individualmente mejorarán sus vidas, por y para ellos mismos olvidando su país.

En fin, los maestros tenemos que Sembrar Patria para combatir  al crónico y degenerativo mal de impunidad y corrupción, y frente al grave problema de desintegración nacional tenemos que educar más y mejor, debemos culturizar a la juventud, debemos impulsar y fortalecer mucho más a la educación.

Así que, más vale que Sembremos Patria con mayor cobertura y mucha calidad educativa, con más oportunidades y una mejor educación para todos, en virtud de que es el medio para generar los urgentes cambios necesarios en nuestro país. Si no lo hacemos, seguiremos cosechando pobreza, corrupción, violencia, impunidad, miles de muertes e inseguridad. ¡Pero hay que hacerlo

ya, de inmediato, porque la patria no aguanta más!

El autor es Internacionalista.

Maestro de Relaciones México-USA y Negocios Internacionales de la UNISON.

lugallaz51@gmail.com