El absentismo familiar

La autora es Licenciada en Psicología con Maestría en Terapia Gestalt.

A veces la vida nos puede cambiar de un momento a otro y no siempre se puede planear lo que pasará si se llega a tener algún accidente o cuando se llega a cierta edad. Cuando sucede algo impredecible los hijos se dividen en relación al cuidado de los padres y algunos logran hacer equipo, pero hay otros que se alejan o simplemente no se involucran en la situación a resolver, dejando a cargo a un solo familiar.

El absentismo es la ausencia de un deber u obligación, sin una buena razón. Esta situación no solo se da en el área laboral, también es frecuente que en las familias suceda cuando los padres llegan a la vejez y requieren mayor cuidado.

Quejas comunes como “soy la única que se encarga de todo, tengo tres hermanos y no me ayudan” “yo pago todo y nadie me pregunta sobre las cuentas”, “no vienen a ver mi papá, desde hace meses” etc., son comentarios comunes que hacen quienes están a cargo y no reciben la ayuda de los demás.

Los desencuentros entre hermanos pueden llegar a ser irreconciliables, ya que, el enojo o cansancio de quien los cuida, puede provocar que la paciencia se termine con el paso del tiempo y sobre todo, si pasan años con alguna enfermedad.

Las vivencias infantiles son tan diferentes que es difícil comprender a los hermanos y sus razones del no cuidado hacia los padres. Dependiendo del orden de hermanos y la relación que establecen con mamá o papá, hace que el compromiso hacia ellos esté presente o no.

Es probable que los conflictos familiares existían desde antes y que cuando surge la necesidad de la asistencia, salgan a la luz.

El tipo de hermandad se cultiva desde los primeros años, pero, no porque sean familiares significa que siempre estarán unidos o se ayudaran, es necesario sanar vínculos o situaciones pasadas aún así, hay conflictos que jamás se logran superar. Sin embargo, es importante buscar la manera de comunicarse y exponer entre todas soluciones que ayuden a que las personas mayores a estar bien cuidadas, así como, lograr la participación de todos en el apoyo a los padres. En algunas ocasiones se llegan acuerdos de turnarse en el cuidado o se les manda a una casa hogar donde están cuidados, las 24 horas y pueden pasar sus últimos años en paz.

Es necesario trabajar en terapia, asuntos inconclusos, así como los vínculos que pueden estar dañados. Trabajar en el perdón, la responsabilidad y la unión familiar.

La autora es Licenciada en Psicología con Maestría en Terapia Gestalt.