Adaptarse al cambio climático o sufrir las consecuencias

El autor es Ingeniero Bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias. Tiene una especialidad en Desarrollo Sostenible.

Los países deben tomar medidas urgentes para adaptarse a la nueva realidad del cambio climático y los desastres que conlleva o enfrentarán altos costos, daños y pérdidas económicas graves, advirtió un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) a principios de año.

El Acuerdo de París, adoptado por 195 países en 2015, busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para que la temperatura global promedio no exceda este siglo los dos grados sobre los niveles preindustriales.

Aspira que no aumente más de 1,5 grados antes de 2050.

Por contraste, 2020 no fue solo el año de la pandemia Covid-19, sino también el de temperaturas récord y crecientes catástrofes del cambio climático: inundaciones, sequías, tormentas, incendios forestales y plagas de langostas.

El mundo se encamina, según el informe, hacia un aumento de temperatura de al menos tres grados centígrados este siglo, lo que intensificará los desastres que tienen un costo económico de miles de millones de dólares, además del sufrimiento que infligen en los ecosistemas y las sociedades.

La adaptación y resiliencia, es decir, reducir la vulnerabilidad de los países y las comunidades al aumentar su capacidad para enfrentar el impacto, es un pilar clave del Acuerdo de París, pero requiere planes nacionales, sistemas de información climática, alerta temprana, medidas de protección e inversiones en un futuro verde.

El informe recoge que 72 por ciento de las naciones ya han adoptado al menos un instrumento de planificación de la adaptación, de nivel nacional y la mayoría de los países en desarrollo preparan planes nacionales al respecto.

Otro avance es que el Fondo Verde para el Clima ha destinado 40 por ciento de su cartera total a la adaptación y concentra cada vez más la inversión del sector privado.

Crece el impulso para garantizar un sistema financiero sostenible, aunque no lo suficientemente rápido.

El financiamiento público internacional aumentó 30 mil millones de dólares por año, pero los costos anuales de adaptación solo en países en desarrollo se estiman en 70 mil millones y se espera

que esos costos alcancen de 140 mil a 300 mil millones en 2030 y de 280 mil a 500 mil millones de dólares en 2050.

También crece, aunque lentamente, el número de proyectos de adaptación.

Desde 2016, cerca de 400 se han llevado a cabo en países en desarrollo, financiados con fondos multilaterales al servicio del Acuerdo de París. 21 de ellos han superado los 25 millones de dólares en financiamiento.

Sin embargo, de más de 1700 iniciativas de adaptación estudiadas, solo tres por ciento ya había informado de reducciones reales de los riesgos climáticos en las comunidades

donde se estaban ejecutando.

El PNUMA destaca como prioridad hallar soluciones, basadas en la naturaleza, localmente apropiadas para abordar desafíos sociales, brindar bienestar humano y a la vez beneficios para la biodiversidad al proteger, gestionar sosteniblemente y restaurar ecosistemas.

Se plantea que, tras la pandemia, se haga una reconstrucción más verde, a nivel nacional, que incluya nuevos compromisos de llegar a la neutralidad de carbono en las próximas décadas.

Pero si las emisiones globales continúan aumentando, no habrá planes de adaptación que puedan cubrir los niveles de riesgo. Hasta ahora, para allá vamos.

El autor es Ingeniero Bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias. Tiene una especialidad en Desarrollo Sostenible.

gmontanop@yahoo.com