Empatía, asertividad y cortesía

El autor es presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.

Generalmente entendemos la empatía como “ponernos los zapatos del otro”, sin embargo, la palabra tiene un significado más profundo: proviene del griego empatheia que significa “pasión” y

en su significado compuesto representa “afectado y emocionado en el interior”.

Entonces, empatía es la capacidad cognitiva del ser humano para poder procesar la información a partir de captar características subjetivas como el sentimiento de otra persona.

La empatía, entonces, reconoce y considera los sentimientos y pensamientos de los demás. Es la habilidad que permite entender los sentimientos, las emociones y las necesidades de los demás y

para ello es necesario trabajar en la habilidad de escuchar con atención lo que los otros tienen que decirte de manera verbal y no verbal; no tener prejuicios ni realizar juicios, puesto que esa actitud te desconecta de lo que la otra persona dice.

Esto quiere decir que para poder ser empáticos se requiere desarrollar la escucha activa y con ello considerarnos temporalmente afines para interpretar mejor a los demás.

Esto ayuda a fortalecer la comprensión para prestar toda la atención en los sentimientos y necesidades de las personas, es decir, a entender sin juzgar. También ayudará para actuar asertivamente; entendiendo esta acción como el actuar claramente y expresar lo que sientes, piensas y necesitas de forma congruente sin herir e incomodar a los demás.

Actuar asertivamente es tomar en cuenta la perspectiva del otro tanto como la propia y actuar con respeto y sinceridad. Considera que ser empático no es lo mismo que simpatizar con alguien. La empatía te permite conectar con los demás sin dejar de lado tu propia esencia, ya que cuando la practicas, tu panorama se hace más amplio porque incorporas nuevas experiencias a tu vida y estableces relaciones más saludables porque desarrollas la capacidad de ver más allá de ti.

En las relaciones sociales, toda respuesta recae en alguna de los siguientes tres tipos: la pasiva, la agresiva y la asertiva.  Considera que cuando actúas asertivamente resuelves los problemas, te sientes bien contigo mismo y con los demás y puedes expresar tus sentimientos, pensamientos y necesidades de forma respetuosa.

Una vez que trabajas en la empatía y la asertividad, llegará en consecuencia la práctica de la cortesía, considerada como la demostración universal de respeto. Ésta facilita la capacidad de reconocer la importancia que toda persona tiene independientemente de la edad, condición, el lugar, intereses o la cultura del lugar al que pertenece.

La cortesía tiene asociada una serie de convicciones que en su conjunto expresan una forma de concebir el respeto a uno mismo en el proceder en solitario y en la interacción con los demás; en la

interacción con otros cuando independientemente de sus afectos, preferencias y gustos les muestras respeto y consideración.

La cortesía se manifiesta a través de nuestras acciones hacia los demás, cuando mostramos sensibilidad, prudencia y pertinencia en todo lo que hacemos; porque como dijo Mario Benedetti: “De eso se trata, de coincidir con gente que te hace ver las cosas que tú no ves. Que te enseñan a mirar con otros ojos”.

El autor es presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.