Día de la Mujer, día de reflexión

La autora es egresada de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y Maestra en Ciencias Sociales por la Universidad de Sonora.

8 de marzo día de la mujer, una fecha con un significado para reflexionar. De manifestaciones, huelgas y luchas, esta fecha tiene un trasfondo histórico. Así que antes de sólo felicitar investiguemos su significado, lo que hay detrás.

En la lucha de un mejor presente, las mujeres exigimos un mundo sin violencia, con oportunidades, igualdad y cumplimiento de derechos. Con la actual pandemia y confinamiento, muchas madres de familia han tenido que quedarse en casa a cuidar a sus hijas e hijos y perder sus trabajos. Otras han tenido que seguir trabajando, soportando la injusticia de una considerable disminución de horas -obligadas-, a causa de la misma pandemia, pero también de una disminución de sueldo.

Niñas desde temprana edad han tenido que salir de sus hogares a trabajar en vez de estudiar, para poder subsistir. Muchas mujeres han sido -y siguen siendo- víctimas de explotación y maltrato en diferentes ámbitos: laboral, escolar, familiar.

Por lo que en este día de la mujer invito a que nos detengamos a pensar un poco en su significado y tomemos acción. Es momento de que fomentemos la cultura de la denuncia, de no guardar silencio, de no temer.

Es necesario no dejar pasar las injusticias, propias o hacia otras mujeres, y que seamos sensibles y solidarias. Apoyar a las niñas, protegerlas, cuidarlas, escucharlas.

La mujer históricamente, como bien es sabido, se encuentra en los más altos índices de víctimas de violencia. Que este día conmemorativo no sea en vano, que sirva para concientizar a

humanidad, comenzando por la propia familia, sobre la situación lamentable que desafortunadamente sufren a diario las mujeres y niñas en todo el mundo.

Los porcentajes siguen bajos en cuanto mujeres como jefas y dentro de puestos políticos, puestos donde se toman decisiones importantes para los países.

Que la felicitación en este día de la mujer sea como un símbolo de apoyo a otras mujeres, para decir “aquí estoy”. Expliquemos a nuestras hijas e hijos sobre la temática y fomentemos la cultura de la paz desde el hogar. El sistema educativo y las políticas públicas en diversos países se encuentran haciendo esfuerzos para lograr este cambio.

Desde las Naciones Unidas se encuentran lineamientos. Recordemos a Rigoberta Menchú: “la paz no es solamente  la ausencia de la guerra; mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión, difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz”.

Es tiempo de valorar y de fomentar actitudes y comportamientos que prevengan la violencia en cualquiera de sus formas, física o psicológica. La mentalidad y el ser de paz se trabaja día con día.

Meditemos diariamente y transformemos nuestra sociedad a partir de valores y la alta conciencia, del respeto, la tolerancia y la solidaridad.