Gotas milagrosas de Nicolás Maduro

El autor es Mecatrónico, divulgador de ciencia y tecnología en plataformas digitales

Hace una semana, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro ,dio a conocer en televisión unas supuestas gotas milagrosas llamadas Carvativir, que neutralizan al Covid-19. Como si eso fuera poco, el mandatario aseguró que tenían una efectividad del 100%, cuando lo escuché, inmediatamente me intrigó y decidí buscar de qué trataba, y sobre todo por qué, si eran tan

buenas, la OMS no había sugerido su uso desde el comienzo.

El Carvativir, mejor conocido como Carvacrol, es una sustancia que se obtiene de diferentes aceites, como lo son los de orégano o los de tomillo y en realidad poseen propiedades antibacterianas, recordemos que una cosa es un virus y otra muy diferente es una bacteria.

Lo que sí debemos tener en cuenta es que no existe ninguna evidencia de que el Carvacrol o el Carvativir tenga efectividad para combatir virus como el SARS-CoV2. ¿Soy sólo yo, o a alguien más le

recuerda las gotas de nanopartículas de cítricos que toma Olga Sánchez Cordero? Pues me sorprendió saber que de estas gotas sí existen estudios desde 1970.

Pero no funcionan como lo imaginamos o como la titular de la Secretaría de Gobernación nos ha dicho. El ácido cítrico es una sustancia que se encuentra en muchos frutos, sólo por poner un ejemplo, las naranjas (de 8 a 10 gramos por litro) y los limones (del 5 al 6% de concentración).

La verdad es que, sí es efectiva para la eliminación de un virus, sin embargo, sólo funciona como viricida cuando se usa en el exterior del cuerpo y no existe ningún estudio que avale que funcione cuando el virus ya está en el organismo, en pocas palabras, si lo quieres usar para limpiarte las manos o superficies bien, si lo quieres usar para combatir algún virus en tu organismo, mal.

Lo que realmente me intriga es cómo muchos mandatarios o políticos del mundo se atreven a traernos información falsa o que simplemente está mal enfocada o incompleta. No debemos olvidar

que el Presidente de México, anunció que él se protegía con “detentes”, que nos abrazáramos en plena pandemia, que el ser honesto ayudaba a no contagiarse “de coronavirus”, que la pandemia ya está domada cuando apenas íbamos empezando y al alza o mejor aún, cuando el subsecretario de salud Gatell mencionó que el Presidente tenía fuerza moral y no de contagio.

Todo esto me parece increíble y quienes me leen saben que ésta no es una columna política, sino enfocada en la ciencia y la tecnología. Este tipo de acciones por parte del Estado impactan directamente a las instituciones científicas en nuestro país. Sólo por mencionar, el presupuesto al Conacyt para el apoyo a la ciencia, la investigación y  la formación, descendió en 10% en 2019 y volvió a decrecer en un 6.2% en 2020, siendo el presupuesto más bajo en los últimos 10 años, sin contar que el Gobierno este año optó por invertir en energías contaminantes, teniendo opción de inversión en energías limpias, y no sólo bajó el presupuesto para éstas, sino que las eliminó, pero de esto hablaremos en columnas siguientes.

Las decisiones del Estado tienen consecuencias directamente en los ciudadanos, la economía, instituciones públicas y privadas, la ciencia y tecnología, la seguridad y hasta en lo que vemos en Internet a través de reformas, así que cuando alguien te pregunte en qué te afectan las decisiones del actual Gobierno, puedes simplemente responder, en todo.

El autor es Mecatrónico, divulgador de ciencia y tecnología en plataformas digitales.

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