‘¡Trúmpatelas!’

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¡Cuán flagelados han de estar nuestros hermanos centroamericanos por la guerrilla, el narco, la falta de empleo y la inseguridad de sus países, y para rematar la pandemia del coronavirezca, azote de la humanidad, que han vuelto a arriesgar sus vidas y ahora con un riesgo mayor a enfrentar: contagiarse y contagiar (pues algunos lo están) en su trayecto hacia Estados Unidos!

Y es que hace un par de días nuevamente se dieron cita para hacer la primera caravana hacia el vecino país del norte, partiendo 2 mil personas aproximadamente desde San Pedro Sula, Honduras (en lo personal a mí me llama la atención que siempre es ahí donde se juntan y parten y nadie se pregunta por qué). Dos días después, ya en territorio guatemalteco, por vez primera el Gobierno trató de impedir su marcha, de contenerla, y así evitar su ingreso a nuestro país.

Duro fue el enfrentamiento, 3 mil elementos uniformados que hasta con palos se defendían de la horda humana que ya los superaba en más del doble. Hubo heridos por ambos bandos y al final se dispersaron, quedando aún latente que ya en pequeños grupos, logren su cometido.

Menudo problema para los gobiernos, pues hay que hacer prevalecer el respeto y los derechos humanos, la soberanía y seguridad nacional, pero ¿cómo hacerle sin emplear la fuerza ante una multitud? ¿Por qué permitirles que violenten no sólo el Estado de Derecho sino hasta causar daños tanto a bienes públicos como privados?

Su fin, sus causas, podrán ser válidas, mas eso no puede legitimar sus acciones.

Es de llamar la atención que ésta se formara a un par de días de que Trump anunciara que había esa posibilidad; además también, a los dos días del fallido autogolpe provocado por él mismo sin olvidar el recién abierto juicio político, el segundo, por cierto. Así como al conocerse que Trump ya tenía una serie de órdenes ejecutivas muy duras contra la migración, ya listas para ser firmadas antes de entregar el poder, para dejarle un serio problema a su sucesor Joe Biden.

También es de llamar la atención, que por primera vez: 1) el Gobierno guatemalteco se pone las pilas al respecto y hace su chamba pues siempre los dejaban pasar, dejando el problema a México aunque Honduras y El Salvador guardaran silencio; 2) el Gobierno mexicano emitiera un comunicado a esos países donde les pedía cumplir con los protocolos y acuerdos signados (impuestos por EU como recordarán) pues nunca les decía nada y a los migrantes los dejaban ingresar.

Por lo pronto hay una gran y positiva expectativa respecto a lo que el Presidente electo hará en la materia. Pues se dice que al menos durante sus 100 primeros días de Gobierno no habrá deportaciones a excepción de los delincuentes, así como el enviar una propuesta de reforma migratoria en ese lapso, al Congreso estadounidense; lo que beneficiaría a mas de 11 millones de indocumentados.

Pero en lo que esto y otras cosas suceden, a Joe Biden no le quedará de otra más que cumplir con los compromisos adquiridos por la administración saliente, y por ende, a Guatemala, Honduras y El Salvador les toca hacer su tarea sin dejar de lado a México.

-Oye compadre, ¿pero dónde quedaron los millones de dólares entregados por México a esos países para implementar el programa Jóvenes Construyendo el Futuro a efecto de que frenaran la migración?

-¡Híjuela compadre, no se sabe nada ni de su fin ni si hubo los resultados esperados… mta compadre es que lo que no se mide, no es susceptible de mejorarse y queda en la discrecionalidad y da paso a la corrupción. Congruencia señor, ¡congruencia! No olvide sus señalamientos cuando era oposición.

-¡Ay compadre! ¿Qué?, pos como dice el dicho: el peje por su propia boca ¡muere!; el pez compadre, el pez.