La triste historia de las reformas a las pensiones y Afores

Especialista en pensiones eduardo.lopez.gnp@gmail.com

Corrían los años de los 90 cuando el Gobierno federal, viendo el problema de las pensiones, que cada persona recibía una ínfima cantidad de dinero cada mes en su pensión y no hallaba cómo modificar el problema existente ya que la población estaba cada vez más pobre, tuvo la gran idea de voltear hacia el Hemisferio Sur y ver lo que hacían los países más pobres que México para solventar este problema; el presidente en turno, Ernesto Zedillo, tuvo la grandiosa idea de ir a la República de Chile a ver cómo su sistema de pensiones estaba manejándose con éxito y convencido de que era lo más propicio para México, decidió importarlo y una vez que lograron convencer a los legisladores, se presentó el programa en marzo de 1996 ante el Congreso de la Unión y como nuestros máximos representantes en la Cámara, sin saber qué onda, ni a quién perjudicarían, el 1 julio de 1997 se autorizó, creándose para ello las empresas con más ganancias que muchas, llamadas Afores, las cuales administrarían nuestro dinero cobrando comisiones mínimas y otorgando rendimientos para los trabajadores, que con ello obtendrían al caer sus fondos en estas administradoras, pensiones dignas, decían ellos que superarían a las que en ese momento el IMSS les daba a los pensionados.

Hasta ahí todo iba como se había planeado, invertirían los ahorros de los trabajadores para lograr un mayor rendimiento ya que ellos tenían una empresa expertas en inversiones llamadas Siefore (sociedad de inversión especializada en fondo para el retiro) y ellas harían el milagro para que los trabajadores tuvieran una buena pensión.

Quienes alertaron en aquel entonces sobre lo que pudiera ocurrir fueron calificados como retrógradas y enemigos del bienestar de la familia obrera; sin embargo, el tiempo les ha dado la razón, tan es así que la misma república de Chile de donde emigró ese sistema, hoy está en serias dificultades y con un pueblo levantado por la pensiones bajas y que lo que plantearon no fue así; aún en México no nos damos cuenta de el cáncer que se nos avecina, ya que este año (2021) empiezan a pensionarse los primeros con la nueva ley, de ahí vendrá una cascada de reclamos por las pensiones tan pobres que nos pagarán y eso si alcanzan pensión, ya que a partir de hoy “sólo” serán 750 semanas para alcanzar una pensión mínima garantizada de aproximadamente 3 mil 300 pesos, y eso para los actuales jóvenes va a estar en chino, y lo digo porque las personas de la nueva ley son un poco inestables laboralmente, ya que cuando, son independientes , cotizan al Issste o al Isssteson, por lo que para llegar a sus 60 años con 750 semanas cotizadas, creo que batallarán.

Que alguien le explique al Gobierno cómo le van a hacer para que una persona se pensione dignamente como lo prometieron en los inicios del sistema, y menos con la nueva reforma propuesta este 22 de julio de 2020 que ya fue aprobada, por estas razones y más los que se pensionen a partir de hoy, serán pensionados pobres o pobres pensionados.

Ahora vemos el otro lado de la moneda que son las Afores, las que se llevan la tajada más grande de nuestro dinero, que tienen es sus arcas más de 3 billones 248 mil 428 millones de pesos.

Ahora le pregunto a usted, ¿quién gana en este nuevo sistema? ellos trabajan nuestro dinero y nosotros nos quedamos chiflando en la loma.

Ya se autorizó la tan cacaraqueada reforma este diciembre de 2020, hay que esperar otros 23 años para que haya otro insignificante cambio como lo fue esta supuesta reforma a la ley 1997.

La Afore se creó sólo para los de la ley 1997, para los de la ley vieja, no sirven para cálculo de su pensión.

Los que estamos en la ley 1973, no tenemos nada que ver con las Afores, salvo un dinero que retiraremos al momento que nos pensionemos.

El que escribe tiene 24 años de experiencia en el tema, inicié en 1996 con este sistema, por eso conozco de pe a pa lo que ha sucedido y lo que creo que sucederá, además he consultado a muchos que hoy tienen una pensión digna.