En las afueras del imperio

El autor cursa la Licenciatura en Economía en la Universidad de Sonora.

(PRIMERA PARTE)

En columnas anteriores he hablado de la relevancia económica, geopolítica, militar y hasta demográfica que tiene el ser vecino de Estados Unidos. Pero el día de hoy quiero hablar de algo no tan tangible pero quizás más relevante: la cultura.

Ahora, muchos leerán eso y pensaran: “¿Cultura, qué clase de cultura tiene Estados Unidos?”. Debo admitir, yo por mucho tiempo fui partidario de esta idea. Pero debemos recordar que la complejidad, sofisticación o antigüedad de un pueblo no siempre determina el nivel de influencia en el resto del mundo. Éste es particularmente el caso de los Estados Unidos.

No importa dónde te encuentres, es prácticamente imposible escapar de la influencia de Estados Unidos. Todo, desde nuestras elecciones de moda, la música que escuchamos, las expresiones que manejamos, las noticias que consumimos, tienen un grado importante de influencia del vecino del norte.

Veamos el ejemplo de las protestas: George Floyd, el afroamericano que murió en un incidente con la Policía el verano pasado, perdió la vida en Minneápolis. Ésta es una ciudad que prácticamente el 90% de los americanos no podrían encontrar en un mapa y un lugar que el 99% de los ciudadanos del mundo no podríamos ubicar.

El movimiento de protestas más grande en la historia de la humanidad que debido a la pandemia se terminó por convertir en una especie de experiencia religiosa con características raciales para

millones. La historia de las plagas a menudo incluyen nuevos cultos dotados de propósito. Pero es una situación muy estadounidense. Pero sucedió algo. Comenzaron a estallar protestas enormes e intensas en Gran Bretaña, Islandia, Polonia y la República Checa, que tienen minorías étnicas no blancas, pequeñas o minúsculas.

Hubo protestas en Japón y Nueva Zelanda. Lugares sin historial de abuso policial o de minorías. No hubo factores locales. Incluso en la Ciudad de México se reunieron cientos para manifestarse a favor de la causa. Miles y miles de personas marcharon en todo el mundo por Black Lives Matter, un movimiento estadounidense extremadamente específico que no tiene precedentes fuera de Estados Unidos.

A las personas se les olvida debido a lo titánico de su poder económico e influencia cultural, pero Estados Unidos es una nación joven. Los tratados de reestructuración colonial (1776) de Estados Unidos y separatismo mexicano (1821) apenas están distanciados por 45 años. Para comparar, China tiene más de 3000 años de historia, datando desde 1600 antes de Cristo.

Incluso los inmigrantes llegan a Norteamérica, tienen hijos y sus hijos se asimilan duro y rápido. Ha estado sucediendo durante décadas. Te conviertes en un nuevo ser humano como estadounidense, separado de los pecados del Viejo Mundo.

Atrapado en esta isla tratando de hacerte rico o inventar cosas nuevas. Es un lugar salvaje. Desde de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha tenido el Ejército más grande del mundo.

Tampoco tiene vecinos hostiles. Canadá y México son estos territorios adormecidos, uno quiere trabajar, el otro quiere que lo dejen solo para leer un libro. No creo que haya habido nunca una superpotencia mundial en la historia sin enemigos en las fronteras. Roma tuvo a los galos, los alemanes, los persas, y más tarde, los árabes y los turcos.

China estaba rodeada de enemigos, tuvieron que construir una gran muralla. Más tarde, los franceses tuvieron Gran Bretaña, y luego Alemania los acaparó. Todo imperio o gran potencia cae en manos de su vecino que lo limita. Estados Unidos no tiene ese problema.

No sólo eso, sino que también es el país más rico del mundo. El mercado más grande. México entra con galardones deshonoríficos a la extensa lista de países que dependen del dólar.

Debemos mencionar cómo la extensión territorial de los Estados Unidos es comparable a la de un continente. Una biodiversidad impresionante y pocas veces encontrada en el mundo.

Durante el siglo XX Estados Unidos dominó la cultura global. Debido a la explosión de bienes al consumidor, esta nación logró proyectar su influencia a lo largo del mundo. Hollywood se hizo internacional, televisión, radio, música, obras. Los medios propulsaron la influencia americana.

Con este contexto podremos entender en mi siguiente columna mi tesis central: ¿Qué es vivir en las afueras del imperio?

El autor cursa la Licenciatura en Economía en la Universidad de Sonora