Navidad en 2020
El autor es director de Humanidades del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte.
“Honraré la Navidad en mi corazón y procuraré conservarla durante todo el año”: Charles Dickens, novelista inglés.
Estamos por concluir 2020, un año que cada quien lo puede evaluar desde sus propias experiencias, acontecimientos, luces y sombras, avances y limitaciones, logros y fracasos. A fin de cuentas, todas estas vivencias son parte de la vida misma y del desarrollo que tenemos como personas.
Celebrar la Navidad nos da muchas oportunidades para reflexionar, pensar, convivir, meditar, orar y transformar nuestras vidas. Celebrar la Navidad es celebrar que “El Verbo de
Dios se hizo carne y habitó en nosotros”. Celebrar la Navidad es reconocer el parteaguas en la historia de la humanidad y en la historia de la salvación.
De ahí que la Navidad es tiempo para amar, soñar, compartir, realizar nuestros deseos e ilusiones. ¡Con cuánta alegría esperamos esta celebración para estar juntos con la familia, los amigos y demás seres queridos con quienes discutimos lo bueno y lo malo, lo dulce y lo amargo, lo fácil y lo difícil que pasamos durante un año más que se va! Cada quien de alguna manera colaboró para mejorar parte de su ambiente y de su calidad de vida.
La Navidad es un espacio vital para el ser humano, ya que en estas fechas nuestro lado sensible cobra fuerza en nuestro interior y nos hace buscar la paz espiritual. Nos nacen momentos de ternura, momentos de querer abrazar, de dar, de querer recibir, de abrir un regalo y poder compartir ese momento de emoción con las personas amadas.
La Navidad es solidaridad, lleva consigo un acto humanitario, oportuno, el poder llevar a nuestros hermanos enfermos, los discapacitados, los desahuciados, los marginados, los desamparados,
los no escuchados, las niñas y mujeres que sufren violencia intrafamiliar, los niños abandonados por sus papás, las madres solteras, los desempleados y subempleados, los que sufren algún tipo de adicción, las viudas y viudos, los que se sienten solos, a aquéllos quienes llevan una muerte en vida y con quienes la vida no ha sido amable, un poco de aliento, afecto, esperanza, motivación para
luchar por vivir y de esa manera conocer juntos el verdadero sentido de la Navidad.
La Navidad es estar en paz con Dios, es poder decirle gracias; gracias por otro año, por otra Navidad, por la unidad, la humildad, por su fortaleza durante este año de lucha que concluye. Gracias por hacer de esta Navidad la mejor y la más especial. Gracias por seguir amándonos, por el entusiasmo de continuar la carrera de la vida, y de empezar otro nuevo año.
Conmemoremos la Navidad en un marco de crecimiento integral, armonía familiar y festividad con responsabilidad.
¡Feliz Navidad!