Irracional humanidad: pandemia, armas y Navidad 2020

El autor es Internacionalista.

Quisiéramos que el Presidente Andrés Manuel López Obrador tuviera razón.

Que fuera verdad cuando afirma que el pueblo de México es noble, sabio, educado, obediente, culto, responsable y solidario.

Sin embargo, la situación de los miles de asesinatos, y la realidad de la pandemia del Covid 19, nos muestra otros datos, de 130 mil muertos por la enfermedad y más de un millón 300 mil personas contagiadas, que se agravaron y aumentaron a consecuencia del negligente manejo de la pandemia por el Estado: pueblo y Gobierno, y por la desobediencia de la mayoría de la gente que no usa tapabocas.

El pueblo no es sabio.

Así que, en estos días de espíritu navideño, de paz y amor, cuando algunos celebraríamos la Navidad con armonía y abundancia para compartir con quienes menos tienen, ahora se incrementan los problemas de violencia y se agudizan las enfermedades, la pobreza, la escasez y los crímenes en todo el país.

Lamentablemente, las enfermedades, asesinatos, miseria y violencia se presentan tanto en localidades pobres que padecen hambruna en zonas rurales, como en las ciudades.

Debido a ello, es pertinente compartir algunas realidades de mucha gente pobre, que contrastan con la absurda costumbre del irracional consumismo, del derroche de compras navideñas, con tumultos que llenan las tiendas y plazas comerciales, sin respetar los protocolos sanitarios a lo que tanto nos exhorta la Secretaría de Salud, y también, con una multimillonaria política del gasto público en obras no prioritarias durante esta catástrofe de la pandemia.

Irracionalmente, se gasta más en armamento y menos en salud, educación y nutrición.

Ahora que en Navidad tradicionalmente se nos invita a compartir, debemos saber que, de los 120 millones de habitantes en México, la mitad, 60 millones sobreviven en la pobreza.

Para dimensionar y entender estas cifras, veamos que los sonorenses somos casi 3 millones y en Hermosillo desordenadamente vivimos un millón, es decir, que 60 millones de pobres, es muchísima gente que intenta sobrevivir la catástrofe en su terrible situación de enfermedades y escasez.

Similarmente, la humanidad asigna mayores recursos a las armas en lugar de disminuir las enfermedades y alarmante pobreza.

La militarización de los gobiernos crece, y la paranoica obsesión por las armas y los ejércitos aumenta los presupuestos para “seguridad o defensa” hasta rebasar un millón de millones de dólares en todo el mundo.

Con los presupuestos para guerra se estima que el mundo mantiene a 40 millones de soldados; pero, por el contrario, sólo hay 30 millones de profesores y sólo tenemos 6 millones de médicos.

Los países pobres con ingreso medio anual por habitante de 365 dólares, durante el año, o un dólar al día, los últimos 10 años gastaron 855 mil millones de dólares en sus ejércitos, pero sus malos gobiernos ponen de pretexto que no tienen dinero para comprar vacunas, medicinas, ni comida para el pobre pueblo.

También Estados Unidos enfrenta graves problemas de nutrición, salud, empleo y seguridad social, pero gasta mucho más en las armas que en mejorar su sistema de salud.

Aquí en México también se aumenta el presupuesto para los militares, pero se reduce el de educación, salubridad y universidades.

Ante estas y otras realidades, ¿se imaginan por qué hay pandemias, hambre, enfermedad, pobreza y guerras en el mundo?

Por esta irracional economía del armamentismo, cuya mafia de las armas está controlando la economía junto con las poderosas mafias de las medicinas, las financieras, las de alimentos y de energía.

El autor es Internacionalista.

Maestro de Relaciones México-USA y de Negocios Internacionales en la Universidad de Sonora.

lugallaz51@gmail.com