¿Podemos tener un robot como mayordomo?

El autor es Mecatrónico, divulgador de ciencia y tecnología en plataformas digitales.

¿Alguna vez te has preguntado si podemos tener un robot como mayordomo o qué tan cerca estamos de esto?

Primeramente, tenemos que definir a qué le llamamos mayordomo, que a mí se me viene a la mente Alfred, el mayordomo de Bruce Wayne.

Digo, tener un mayordomo así incluso humano, está imposible, pero veamos términos “reales”.

Si hablamos sólo de traer y llevar cosas, eso está más que hecho en la vida real, todos los días se mueve mercancía a través de brazos robóticos totalmente automáticos.

En países de primer mundo existen en muchas bodegas y compañías unos pequeños robots llamados Kiva, éstos son unos robots pequeños, regularmente de color naranja, que transportan la mercancía de los anaqueles directamente a los empaquetadores para hacer envíos, todo esto automático.

Sin embargo, los edificios están totalmente adaptados a estos robots, la infraestructura del lugar está diseñada para que estos aparatos trabajen en óptimas condiciones, es un poco hacer trampa o algo por el estilo.

En 2012, Asimo, un robot diseñado en Japón hace 20 años, tenía la capacidad de caminar a una velocidad de 9km/h, correr circuitos, andar por superficies irregulares, y hasta subir y bajar escaleras sin ningún tipo de problema, cuenta con brazos e incluso dedos que le permiten sostener un vaso de agua de papel, con la delicadeza de mantenerlo en perfectas condiciones.

El humano ha desarrollado la tecnología para sentir casi cualquier cosa: luz, sonido, presión, temperatura y hasta olor.

Entonces, ¿qué diablos estamos esperando para hacer un robot mayordomo?

Prácticamente poder hacerlo.

Existen un mundo de problemas para poder realizarlo.

Programas como Cortana o incluso Siri de Apple nos brindan soluciones para abrir contactos, realizar llamadas, narrar mensajes o incluso leerlos sin problema.

Ahora, transportemos esto a una habitación con ruido, o donde más personas están hablando, incluso con acentos o tonalidades.

Para esto, el mayordomo tiene que comprender la voz, pero también las expresiones faciales, corporales, y sobre todo, la tonalidad de la petición.

En 1950, el matemático Alan Turing se preguntó si las máquinas podían pensar y se realizó una pregunta concreta: ¿existen ordenadores digitales imaginables que pudiesen practicar juegos de imitación correctamente?

Esta pregunta, es la base del Test de Turing. Ahora, ¿qué es el test de Turing?, rápido: consiste en una conversación exclusivamente textual donde ninguno de los participantes puede ver al otro.

La pregunta es: ¿es capaz el humano de saber si su acompañante incógnito es otro humano o una máquina?

En 1966 se llegó a la conclusión de que no, literalmente Eliza, un software inventado y programado por el científico Joseph Weinzaenbaum, analizó las palabras humanas para tener un montón de respuestas posibles, incluso podía “sacar conversación” anexando comentarios anteriores para “romper el hielo”.

Mejor que muchos de nosotros en algunas citas.

Quiero dejar algo claro, dar respuestas o “pasar” el test, no habla de inteligencia, sino de ser capaz de reproducir respuestas humanamente posibles y aceptables.

De hecho, existe un premio que se llama Loebner, que se realiza cada año, esto para diferentes Chatbots de todo el mundo.

Se hace una meticulosa charla con diferentes jueces humanos, para ver qué tan indistinguible es el chat de un humano convencional, éstos aparentan inteligencia, pero no lo son. Como algunos humanos.

Ahora utilizamos algo llamado redes neuronales.

Éstas imitan la forma como funciona el cerebro, la estimulación continúa de una neurona a otra, también refuerza la comunicación o elimina comunicaciones bajas o débiles para realizar un sistema más funcional.

Y todo esto si nos estamos centrando en términos muy específicos con la inteligencia y demás, pero existen cosas relativamente más sencillas que requieren todavía un problema.

Sólo por decir uno, la batería, los robots en las industrias están siempre conectados a la corriente, y los que no, deben ser cargados continuamente para seguir funcionando.

Como vemos, tener un robot de mayordomo nos llevará algunos años más, tal vez una década o dos, por ahora puedes comprarte una aspiradora robótica, de esas que pasean a tu gato.

El autor es Mecatrónico, divulgador de ciencia y tecnología en plataformas digitales.

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